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Cómo identificar el abuso de sustancias en adolescentes

El consumo de sustancias ilícitas en adolescentes es un problema importante y a menudo poco reconocido que puede ser una enorme carga no solo para la persona, sino también para sus seres queridos y la comunidad en general. Según la Encuesta Nacional sobre la Salud y el Consumo de Drogas (NSDUH) de 2020, el 20.9% de los adolescentes de entre 12 y 17 años admitieron haber consumido drogas ilícitas (marihuana, cocaína, heroína, PCP, LSD, éxtasis, inhalantes, metanfetaminas y/o analgésicos recetados) en su vida, y más del 17% refirió haber consumido en el último año. Casi el 23% de los adolescentes declaró haber consumido alcohol en algún momento de su vida y el 18.5% lo hizo durante el último año.

Si bien los tipos de sustancias ilícitas que consumen los adolescentes han cambiado en los últimos años, el consumo de alcohol ha disminuido y el consumo de cigarrillos electrónicos, marihuana, éxtasis y opioides (por ejemplo, fantanilo, heroína) ha aumentado. Independientemente de estos cambios, el resultado sigue siendo el mismo: el consumo de sustancias continúa siendo un problema importante.
 

¿Cómo abordo a mis pacientes respecto del abuso de sustancias?

Como profesionales de la salud pediátricos, lo más importante que podemos hacer es comenzar manteniendo conversaciones abiertas y sinceras. Es fundamental comenzar estas conversaciones temprano, en la escuela primaria (a partir de los 11 años) porque la mayoría de los niños de esa edad no han comenzado a consumir sustancias ilícitas. Comience haciendo preguntas abiertas, como preguntas sobre lo que escucharon o lo que saben sobre las drogas. Recuerde preguntar sin juzgar. De esta manera, probablemente obtendrá una respuesta sincera. Hable sobre elecciones saludables, comportamientos de riesgo y los efectos negativos del consumo de drogas y alcohol.
 

La mayoría de los padres saben si su hijo está consumiendo drogas o alcohol, ¿verdad?

Según el informe de Mott Poll, los padres a menudo desconocen que su hijo consume drogas o alcohol. Según el sondeo, solo el 10% de los padres de adolescentes de entre 13 y 17 años creían que su hijo había consumido alcohol en el último año, mientras que el 5% creía que sus hijos adolescentes habían consumido marihuana en el último año. Los mismos adolescentes informaron que el 52% de ellos bebía alcohol y el 28% había consumido marihuana. Dada esta información, es fundamental que como sus pediatras trabajemos para nuestros pacientes siendo proactivos y preguntándoles sobre el consumo de sustancias de manera temprana porque la intervención temprana probablemente dé lugar a mejores resultados.  
 

¿Cuáles son algunos signos de que su paciente podría estar consumiendo drogas o alcohol? 

  • Alejamiento de amigos o familiares
  • Menor interés en la higiene personal y el aspecto en general
  • Cambios físicos, como ojos hundidos, ojos enrojecidos, pérdida de peso
  • Mala memoria, dificultad para encontrar palabras al hablar
  • Problemas de comportamiento repentinos, malas o bajas calificaciones en la escuela
  • Problemas con la ley
     

El consumo de drogas en adolescentes generalmente es precipitado por eventos significativos, entre ellos: 

  • Presión de pares, especialmente si el niño pasa tiempo con pares que consumen drogas
  • Traumas, incluidos abuso sexual, emocional, físico 
  • Conflictos familiares (por ejemplo, divorcio de los padres, preocupación por las finanzas familiares)
  • Muerte reciente en la familia
  • Depresión o ansiedad preexistente

Si bien algunos adolescentes pueden consumir drogas y alcohol por diversión, otros pueden consumirlos para manejar o afrontar el estrés académico, social, emocional o físico. Según las pautas más recientes de la Academia Estadounidense de Pediatría, se recomienda que todos los adolescentes entre los 12 y 21 años sean evaluados mediante un examen HEEADSSS (que evalúa las áreas de entorno en el hogar, educación/empleo, alimentación, actividades relacionadas con pares, drogas, sexualidad, suicido/depresión y seguridad frente a lesiones y violencia e incluye el uso de medios de comunicación).

Debido a que el consumo de drogas puede asociarse con un aumento del riesgo de malas calificaciones, violencia, homicidios, suicidios y consumo habitual de drogas en la adultez, es importante reconocer los signos e intervenir de manera temprana. 
 

Cómo aconsejar a los padres y pacientes sobre cómo decir "No":

Hable con el paciente y los padres sobre cómo decir no a las drogas. Infórmeles que una de las mejores maneras de decir no a las drogas es inventar excusas o ser sincero y tener confianza. Estos son solo algunos de los ejemplos que puede proporcionar al paciente.  

  • "Mis padres me recogerán en cinco minutos y me matarían si se enteraran".
  • "Lo he olido antes y apuesto a que sabe horrible" (por ejemplo, al referirse al alcohol o la marihuana).
  • "La verdad es que no me gustan esas cosas".
  • "Gracias, pero no bebo/consumo drogas. Tengo un examen/competencia/reunión/presentación importante pronto y necesito hacer dar lo mejor/rendir al máximo".

Puede ser útil para los padres hacer juegos de rol con su hijo para ayudarlo a sentirse más cómodo al decir no.
 

Recursos que puede darles a sus pacientes adolescentes que consumen:  

Descubrir que su hijo adolescente puede estar consumiendo drogas o alcohol puede ser muy aterrador para cualquier padre. Si el paciente se siente cómodo de compartir esta información con ellos, lo alentamos como proveedor del niño a que tenga una charla abierta y sincera. Cualquier conversación que el padre o madre tenga con su hijo sobre el consumo de sustancias probablemente sea incómoda y podría terminar en frustración o enojo; por lo tanto, adviértales a los padres que antes de tener cualquier conversación, deben prepararse. Probablemente, cuanto más informados estén, mejor será el resultado. Hay muchos recursos disponibles para adolescentes y padres para ayudar a orientar al paciente. Entre ellos se encuentran: 

  • Recursos en línea:
    • Drugfree.org Partnership to End Addiction, www.drugfree.org, es un excelente recurso para prevención, educación, apoyo e intervención.
    • La Administración de Salud Mental y Abuso de Sustancias (SAMHSA) tiene una línea de ayuda nacional que es gratuita, confidencial, con servicio de remisiones las 24 horas del día, los 7 días de la semana, los 365 días del año: 1-(800)-662-HELP (4537) o en línea en https://www.samhsa.gov/find-help/national-helpline. La Administración de Salud Mental y Abuso de Sustancias también tiene publicaciones gratuitas para descargar sobre trastornos de consumo de sustancias y salud mental https://store.samhsa.gov/
  • Apoyo escolar: aliente a los padres a hablar con sus consejeros escolares. Muchas escuelas cuentan con consejeros capacitados para brindarles orientación a los adolescentes que luchan contra el consumo de drogas y alcohol. Pueden ayudar hablando sobre la disponibilidad de terapia e intervención educativa. 
  • Terapia individual: aliente a los pacientes a asistir a terapia individual, especialmente terapia cognitiva conductual. Es útil tener una lista de terapeutas de confianza que trabajen en su comunidad a los que pueda hacer remisiones en cualquier momento.
  • Terapia familiar: también puede ser útil que las familias hagan terapia conductual familiar. Esto les permite abordar comportamientos y enfermedades coexistentes, aprender nuevos mecanismos de adaptación y aplicar esas estrategias.
  • Recomiéndeles a los padres proteger sus medicamentos recetados contando las pastillas y manteniéndolas en un lugar bajo llave. 

Recuerde que como su pediatra, usted es uno de los mayores aliados del paciente. Es posible que sea la primera persona con quien comparte esta información; por lo tanto, es sumamente importante que cree un ambiente alentador y de mente abierta, en el que no se juzgue.