Lesión de médula espinal aguda en niños
Aspectos generales
La médula espinal es un conjunto de nervios que transmiten mensajes entre el cerebro y el resto del cuerpo. Envía instrucciones del cerebro al cuerpo y lleva la información sensorial de la piel, de los huesos, de los músculos y de los órganos de vuelta al cerebro.
Una lesión de médula espinal aguda se produce cuando la médula espinal se daña a causa de un accidente u otro acontecimiento. Puede ser en forma de un hematoma (contusión), o un desgarro parcial o completo (transección). La lesión de médula espinal es una causa común de discapacidad a largo plazo (permanente) y de muerte en los niños. Constituye una emergencia médica.
Causas
Existen muchas causas de lesión de médula espinal en los niños. Las lesiones más comunes se producen cuando la zona de la columna vertebral o del cuello se dobla o se aprieta (comprime). Esto puede ocurrir por:
- Caídas
- Un accidente de tráfico, o el arrollamiento de un vehículo mientras camina
- Una lesión mientras realiza deportes
- Un accidente mientras nada
- Un accidente en una cama elástica
- Una herida de bala o de arma blanca
- Una infección que se forma en un área lastimada (absceso) en la médula espinal
- Una lesión que bloquea la circulación hacia la médula espinal
Síntomas
Los síntomas varían según la zona de la médula espinal lesionada. Pueden ser diferentes en cada niño. Justo después de una lesión de médula espinal, un niño puede tener un shock medular. Esto provoca una pérdida o disminución de la sensibilidad, movimientos musculares o reflejos. A medida que la hinchazón desaparece, pueden aparecer otros síntomas.
Los profesionales de la salud dividen las lesiones de médula espinal en dos tipos. Para ello se basan en los síntomas por debajo del punto de la lesión:
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Lesión completa. Esto significa que no hay movimiento ni sensibilidad por debajo del punto de la lesión.
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Lesión incompleta. Esto significa que todavía hay algo de sensibilidad o movimiento por debajo del punto de la lesión.
Los síntomas de la lesión de médula espinal incluyen:
- Debilidad muscular
- Pérdida del movimiento muscular voluntario en el pecho, los brazos o las piernas
- problemas para respirar
- Pérdida de la sensibilidad en el pecho, los brazos, las piernas o los glúteos
- Pérdida de la función de los intestinos y la vejiga
- Control deficiente de la presión arterial, transpiración, escalofríos y función anormal del estómago y los intestinos (regulación autonómica anormal)
Los síntomas varían según la zona de la médula espinal que esté lesionada. Las lesiones pueden ocasionar pérdida del control de los intestinos y la vejiga, sea cuál sea el grado de lesión. Por ejemplo:
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Lesión en el cuello (cervical). Puede provocar la pérdida de la función o fuerza muscular en brazos y piernas, y la pérdida de sensibilidad por debajo del punto de la lesión. Se denomina cuadriplejia (o tetraplejia) si hay una pérdida total de las funciones, o bien cuadriparesia (o tetraparesia) si la pérdida es parcial.
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Lesión en la parte superior de la médula espinal (torácica). Esto suele debilitar los músculos del pecho. El niño quizás necesite estar conectado a una máquina especial (respirador) que le ayude a respirar. Suele haber pérdida del control muscular y sensorial por debajo del nivel de la lesión.
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Lesión en la parte inferior de la médula espinal (regiones lumbar y sacra). Puede provocar parálisis y pérdida de las funciones en las piernas. También puede causar disfunción en los nervios o pérdida de control muscular en la vejiga, el intestino y los órganos sexuales. Se denomina paraplejia si hay una pérdida total de las funciones de las piernas. Si la pérdida es parcial, se llama paraparesia.
Los síntomas de la lesión de la médula espinal pueden ser similares a los de otras afecciones. Asegúrese de que su hijo acuda a un profesional sanitario para que le realicen un diagnóstico.
Diagnóstico
El profesional de la salud le consultará sobre los síntomas, antecedentes médicos y lesiones recientes de su hijo. Luego le hará un examen físico. Es posible que no se conozca de inmediato la magnitud total de la lesión. Es posible que a su niño le realicen pruebas como las siguientes:
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Análisis de sangre. Se le podrán tomar muestras de sangre a su hijo para comprobar si hay algún problema.
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Radiografía. En esta prueba se utilizan radiaciones de energía electromagnética para tomar imágenes de los tejidos internos, huesos y órganos, y plasmarlas en una película.
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Tomografía computarizada. En esta prueba se usan rayos X y una computadora para realizar imágenes detalladas del cuerpo. Una tomografía computarizada muestra imágenes detalladas de cualquier parte del cuerpo, incluso los huesos, músculos, grasa y órganos. Las tomografías computarizadas son más detalladas que las radiografías habituales.
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Imagen por resonancia magnética. En esta prueba de diagnóstico por la imagen, se utilizan unos imanes grandes y una computadora para generar imágenes detalladas de los órganos y tejidos del cuerpo. Con las imágenes por resonancias magnéticas se suelen obtener mejores imágenes de la médula espinal que con las tomografías computarizadas.
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Mielograma. Se puede usar cuando no es posible realizar una imagen por resonancia magnética. Durante este examen, se inyecta un medio de contraste en el líquido cefalorraquídeo. Luego se toman radiografías de la médula espinal y los nervios. El contraste ayuda a mostrar mayores detalles en las imágenes.
Tratamiento
El tratamiento dependerá de los síntomas, la edad y el estado de salud general de su niño. También dependerá de la gravedad de la anomalía.
La lesión de médula espinal puede ser tratada primero en el lugar donde se produjo el accidente o lesión. Esto se hace para evitar que se muevan la cabeza y el cuello. El tratamiento puede incluir:
- Supervisión permanente en la unidad de cuidados intensivos.
- Algunos medicamentos, como corticosteroides, para ayudar a disminuir la inflamación de la médula espinal o antibióticos para tratar la infección.
- Ayuda para respirar con un respirador (ventilación mecánica).
- Un tubo que se coloca en la vejiga (sonda vesical) para drenar la orina en una bolsa.
- Una sonda de alimentación que se introduce por una fosa nasal o mediante un corte en el vientre (abdomen) para que llegue al estómago.
- Una cirugía para revisar la médula, corregir las fracturas de la columna vertebral, liberar la presión de la zona lesionada, eliminar la infección o tratar otras lesiones.
La recuperación de una lesión de médula espinal requiere una estancia prolongada en el hospital y rehabilitación. Un equipo de profesionales de la salud, enfermeros y otros especialistas supervisarán y atenderán la salud de su hijo. Esto incluye controlar lo siguiente:
- Dolor
- El funcionamiento del corazón
- La presión arterial
- La temperatura corporal
- El estado nutricional
- El funcionamiento de la vejiga y el intestino
- Los espasmos musculares involuntarios (espasticidad)
Durante la rehabilitación, trabajarán con su hijo fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales o fonoaudiólogos. La rehabilitación se centra en evitar que los músculos se debiliten (desgasten) o se endurezcan (contracturen). Los terapeutas entrenarán a su hijo para que utilice otros músculos para moverse y realizar ciertas tareas.
Hable con los profesionales de la salud que atienden a su hijo acerca de los riesgos, ventajas y posibles efectos secundarios de todos los tratamientos.
Complicaciones
Las complicaciones continuas (crónicas) pueden incluir:
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Úlceras por presión. También se denominan «escaras». Son heridas causadas por la presión continua sobre una zona de la piel. El equipo de salud le enseñará que para prevenirlas es necesario mover el cuerpo de su hijo cada determinada cantidad de horas.
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Función anormal de los intestinos y la vejiga. Puede provocar incontinencia e infecciones urinarias. Se trata mediante la higiene y los medicamentos para los intestinos y la vejiga.
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Infección pulmonar (neumonía). Se trata con antibióticos.
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Dolor. Se trata con analgésicos y cirugía.
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Disreflexia autonómica. Se produce cuando el sistema nervioso envía señales anormales a los vasos sanguíneos. La presión arterial puede volverse peligrosamente alta. Cuanto más alto sea el nivel de lesión de la médula espinal, mayor será la probabilidad de que esto ocurra.
Cómo sobrellevar
La lesión de la médula espinal aguda puede ser muy molesta para su hijo y para toda la familia. El equipo de atención médica de su hijo les enseñará a los miembros de la familia a cuidarlo de la mejor manera y destacará qué problemas necesitan atención médica inmediata. Su hijo necesitará visitar con frecuencia al profesional sanitario y deberá realizarse diversos exámenes a lo largo del tiempo para seguir su evolución.
Es importante centrarse en maximizar las capacidades de su hijo en casa y en la comunidad. Puede estimular a su hijo para que fortalezca su autoestima y sea más independiente.
Cuándo se debe llamar al profesional de la salud
Llame al profesional de la salud si su hijo tiene:
- Manifiesta síntomas que no han mejorado, o que han empeorado
- Presenta nuevos síntomas
Puntos claves
- Una lesión de médula espinal aguda se produce cuando la médula espinal se daña a causa de un accidente u otro acontecimiento. Constituye una emergencia médica.
- Existen muchas causas de lesión de médula espinal en los niños. Lo más habitual es que se produzcan por una caída, un accidente o una lesión deportiva, o durante el parto.
- Los síntomas varían según la zona de la médula espinal lesionada. Pueden ser diferentes en cada niño.
- Es posible que no se conozca de inmediato la magnitud total de la lesión. Una imagen por resonancia magnética o una tomografía computarizada pueden ayudar a determinarla.
- El tratamiento puede incluir el uso de un respirador (ventilación mecánica) para ayudar al niño a respirar.
- El equipo de atención médica de su hijo les enseñará a los miembros de la familia a cuidarlo de la mejor manera
Próximos pasos
Recomendaciones para aprovechar al máximo la consulta con el profesional de la salud:
- Conozca el motivo de la consulta y defina su objetivo.
- Antes de la consulta, anote las preguntas que desea hacerle al profesional de la salud.
- Durante la consulta, anote el nombre de cualquier diagnóstico, medicamento, tratamiento o estudios nuevos. También anote toda instrucción nueva que le indique el profesional de la salud para su hijo.
- Pregunte por qué se le receta a su hijo cada nuevo medicamento o tratamiento y cómo lo ayudará. Averigüe también cuáles son los efectos secundarios y cuándo deben informarse.
- Pregunte si la anomalía de su hijo se puede tratar de alguna otra manera.
- Pregunte por qué se recomienda determinado estudio o procedimiento y qué podrían significar los resultados.
- Tenga claro lo que puede ocurrir si su hijo no toma los medicamentos o no se somete a las pruebas ni a los procedimientos.
- Si su hijo tiene una cita de seguimiento, anote la fecha, la hora y el objetivo de la consulta.
- Consulte cómo puede comunicarse con el profesional de la salud de su hijo fuera del horario de atención, los fines de semana y los días festivos. Esto es importante en caso de que su hijo se enferme y usted tenga dudas o necesite asesoramiento.