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Ansiedad

La ansiedad es una de las enfermedades de salud mental más comunes en los Estados Unidos y afecta aproximadamente a 4.4 millones de niños de entre 3 y 17 años.

La ansiedad, como emoción general, puede adoptar muchas formas, desde la ansiedad por separación hasta el miedo al médico o a conocer gente nueva. Sentirse ansioso a veces, por ejemplo en situaciones desconocidas, es una parte normal de la vida y del crecimiento. Sin embargo, cuando la ansiedad impide que un niño participe plenamente en actividades en el hogar o en la escuela, puede que sea necesaria una evaluación por un trastorno de ansiedad.
 

¿Qué son los trastornos de ansiedad?

Los trastornos de ansiedad son temores extremos ante experiencias u objetos. Impiden que los niños puedan participar plenamente en actividades y pueden provocar retrasos en el desarrollo o problemas de salud física, como problemas gastrointestinales o dolores de cabeza. Los niños que padecen trastornos de ansiedad también pueden experimentar frustración o ira relacionadas con su miedo. Estos son algunos ejemplos de trastornos de ansiedad:

  • Trastorno de ansiedad de separación: miedo extremo a estar lejos de los padres o cuidadores.
  • Fobias: miedo extremo a una cosa específica, como a ir al médico.
  • Trastorno de ansiedad generalizada: miedo extremo y abrumador a que algo malo ocurra en el futuro. Este miedo no tiene por qué estar relacionado con una situación o experiencia concreta.
  • Ataques de pánico: ansiedad que da lugar a síntomas físicos como sudor, frecuencia cardíaca elevada y mareos.


¿Cuáles son los síntomas de los trastornos de ansiedad?

A veces es difícil identificar un trastorno de ansiedad en niños pequeños, ya que muchos niños sienten miedo al separarse de sus padres, por ejemplo. El miedo y la preocupación forman parte de la vida, y todos los niños los experimentan en algún momento. Sin embargo, los síntomas de los trastornos de ansiedad se caracterizan por un miedo o una preocupación prolongados, persistentes y a veces desproporcionados que interfieren en la vida cotidiana y en el desarrollo. Los síntomas de un trastorno de ansiedad pueden incluir los siguientes:

  • Pánico o miedo abrumador al enfrentarse a un problema
  • Hablar repetidamente de una preocupación o inquietud, incluso después de haber hablado al respecto o haberla resuelto
  • Enojo e irritabilidad
  • Síntomas físicos como sudor, temblores, dolores de estómago, dolores de cabeza o morderse las uñas


Tratamiento para los trastornos de ansiedad

Es importante saber que la ansiedad se puede tratar. El primer paso es reconocer los síntomas y buscar una evaluación del profesional de la salud de atención primaria de su hijo, de un psicólogo pediátrico, de un trabajador social clínico autorizado u otro profesional. Una vez que se ha establecido el diagnóstico, el profesional de la salud puede trabajar con usted y su hijo para determinar el mejor plan de tratamiento. Esto puede incluir terapia, incluso un enfoque de terapia cognitiva conductual, que se centra en cambiar los pensamientos y abordar las emociones que pueden conducir a la ansiedad. Esto se puede hacer solo con el niño o puede incluir a la familia. La terapia cognitiva conductual ayuda a los niños a identificar qué es lo que influye en su ansiedad, y les ayuda a desarrollar formas de cambiar ese patrón de pensamiento.


Prevención de los trastornos de ansiedad

La ansiedad y la preocupación son emociones normales que forman parte del día a día. Sin embargo, si sospecha que su hijo presenta síntomas de un trastorno de ansiedad, es importante que acuda a un profesional de la salud para que lo oriente y le brinde el tratamiento adecuado. Como padre y madre, puede ayudar a prevenir los trastornos de ansiedad manteniendo una comunicación abierta y sincera con su hijo sobre sus miedos y preocupaciones. Si habla abiertamente de estas preocupaciones, podrá trabajar junto con el niño para reducir los factores de estrés o los desencadenantes, y reforzar el vínculo estableciendo una relación de confianza basada en la comprensión y la escucha.