En esta sección

Cardiopatía congénita

Una cardiopatía congénita es un problema que ocurre cuando el corazón del bebé se está desarrollando durante el embarazo, antes del nacimiento. Este es el tipo de defecto congénito más frecuente.

El corazón de un bebé comienza a formarse en la concepción. Pero termina de formarse 8 semanas después del comienzo del embarazo. Los defectos cardíacos congénitos ocurren en las primeras 8 semanas de desarrollo del bebé. Hay una serie de etapas necesarias que permiten que el corazón se forme correctamente. Muchas veces los defectos cardíacos congénitos se producen porque uno de estos pasos no se da en el momento indicado. Por ejemplo, queda un agujero en el lugar donde debería haberse formado una pared divisoria. O se forma un solo vaso sanguíneo en el lugar donde debería haber dos.

¿Cuáles son las causas de las cardiopatías congénitas?

Se desconoce la causa de la mayoría de los defectos cardíacos congénitos. Las madres a menudo se preguntan si hicieron algo durante el embarazo que causara el problema cardíaco. En la mayoría de los casos, no se puede encontrar ninguna causa. Algunos problemas cardíacos ocurren con mayor frecuencia en ciertas familias. Por lo tanto, es posible que algunos defectos cardíacos se relacionen con la genética. Es probable que ocurran algunos problemas cardíacos si la madre tuvo una enfermedad durante el embarazo. También pueden ocurrir si la madre tomaba ciertos medicamentos, como anticonvulsivos o el medicamento para el acné isotretinoína. Sin embargo, en la mayoría de los casos, no se sabe con precisión por qué ocurre un defecto cardíaco.

Los problemas cardíacos congénitos varían desde simples hasta muy complejos. Algunos problemas cardíacos pueden ser supervisados por el profesional de la salud del bebé y tratarse con medicamentos. Otros requieren cirugía. En algunos casos, la cirugía se realiza pocas horas después del nacimiento. Incluso existe la posibilidad de que algunos problemas cardíacos simples desaparezcan con el tiempo. Estos problemas incluyen conducto arterial persistente o comunicación interauricular. Es posible que estos defectos simplemente desaparezcan por sí solos con el tiempo o a medida que el bebé crece. Otros bebés tienen una combinación de defectos cardíacos. Necesitarán muchas cirugías a lo largo de su vida.

¿Cuáles son los distintos tipos de defectos cardíacos congénitos?

Los expertos agrupan los defectos cardíacos congénitos en varias categorías. Esto sirve para comprender mejor los problemas que tendrá el bebé. Entre ellos se encuentran los siguientes:

  • Problemas que hacen que pase demasiada sangre a través de los pulmones. Estos defectos dejan pasar a través de los pulmones la sangre oxigenada que debería distribuirse a todo el cuerpo. Esto provoca más presión y esfuerzo en los pulmones.

  • Problemas que hacen que pase muy poca sangre a través de los pulmones. Estos defectos permiten que se distribuya al cuerpo la sangre que no estuvo en los pulmones para absorber oxígeno (sangre con poco oxígeno). Estos problemas cardíacos impiden que el cuerpo reciba suficiente oxígeno. Es posible que el bebé tenga la piel de color azul (cianosis).

  • Problemas que hacen que se distribuya muy poca sangre al cuerpo. Estos defectos se deben a la falta de desarrollo de las cavidades del corazón o bloqueos en los vasos sanguíneos. Esto impide que se distribuya al cuerpo la cantidad de sangre correcta para satisfacer sus necesidades.

Nuevamente, en algunos casos se produce una combinación de defectos cardíacos. Esto crea un problema más complejo que puede pertenecer a algunas de estas categorías.

Algunos de los problemas que hacen que pase demasiada sangre a través de los pulmones incluyen:

  • Conducto arterial persistente. A medida que los bebés se desarrollan en el útero, reciben sangre oxigenada de la placenta. El conducto arterial es un vaso sanguíneo que permite que la sangre circule alrededor de los pulmones y vaya directamente hacia la circulación. Esto cambia después del nacimiento, cuando se corta el cordón umbilical. El primer aliento de un bebé inicia el proceso de apertura de los vasos en los pulmones de modo que el bebé pueda oxigenar su propia sangre. El defecto del conducto arterial persistente ocurre cuando no se produce el cierre normal del conducto arterial, que está presente en todos los bebés. Entonces, pasa más sangre de la necesaria desde la aorta hacia los pulmones. Esto puede producir la acumulación excesiva de líquido en los pulmones, una respiración muy acelerada y poco aumento de peso. El conducto arterial persistente suele observarse en bebés prematuros.

Vista frontal en sección transversal de un corazón con conducto arterial persistente. Las flechas indican la sangre que fluye a través del conducto arterial persistente.

  • Comunicación interauricular En esta afección, hay un orificio entre las dos cámaras superiores del corazón (las aurículas derecha e izquierda). Esto produce un flujo de sangre anormal a través del corazón. Algunos niños pueden no tener síntomas y parecer sanos. Sin embargo, si la comunicación interauricular es grande, pasará mucha más sangre hacia el lado derecho y habrá síntomas. Esto hace que el ventrículo derecho bombee más sangre de la necesaria a los pulmones. Esto puede producir congestión en los pulmones.

Vista frontal en sección transversal de un corazón con comunicación interauricular. Las flechas indican la sangre que fluye a través de la comunicación interauricular de la aurícula izquierda a la derecha.

  • Comunicación interventricular. Esta enfermedad se caracteriza por la presencia de un orificio en el tabique ventricular, que es una pared divisoria entre las dos cavidades inferiores del corazón (los ventrículos derecho e izquierdo). Debido a esta abertura, la sangre del ventrículo izquierdo vuelve al ventrículo derecho, por la alta presión que hay en el ventrículo izquierdo. Esto hace que el ventrículo derecho bombee más sangre de la necesaria a los pulmones. Esto puede producir congestión en los pulmones y esfuerzo en el lado izquierdo del corazón.

Vista de las cuatro cavidades en un corazón con comunicación interventricular. Las flechas indican la sangre que fluye a través del defecto del ventrículo izquierdo al derecho.

  • Canal auriculoventricular. El canal auriculoventricular es un problema cardíaco que incluye numerosas anomalías en las estructuras del corazón. Estas anomalías incluyen comunicación interauricular, comunicación interventricular y malformación de las válvulas mitral y tricúspide. Las válvulas mitral y tricúspide son las válvulas que separan las cavidades superiores (aurículas) de las inferiores (ventrículos). Mantienen el flujo de sangre en la dirección correcta. Por lo general, este defecto hace que el ventrículo derecho bombee más sangre de la necesaria a los pulmones. Esto puede producir congestión en los pulmones.

Vista frontal en sección transversal de un corazón con comunicación interauricular en el tabique entre las aurículas y comunicación interventricular en el tabique entre los ventrículos. Hay una sola válvula auriculoventricular. Las flechas muestran la sangre que fluye del lado izquierdo al lado derecho del corazón.

Algunos de los problemas que hacen que pase demasiada poca sangre a través de los pulmones incluyen:

  • Atresia tricuspídea En esta enfermedad, no se forma la válvula tricúspide. Por lo tanto, no fluye sangre de la aurícula derecha al ventrículo derecho. La atresia tricuspídea se caracteriza por lo siguiente:

    • Ventrículo derecho pequeño

    • Poco flujo de sangre hacia los pulmones

    • Piel y membranas mucosas de color azul debido a la falta de oxígeno (cianosis)

    Por lo general, se requiere una serie de cirugías para aumentar el flujo de sangre hacia los pulmones y crear circulaciones separadas.

Vista de las cuatro cavidades en un corazón con atresia tricuspídea. Las flechas indican que la sangre no puede fluir de la aurícula derecha al ventrículo derecho.

  • Atresia pulmonar. En esta enfermedad, la válvula o arteria pulmonares no están completamente desarrolladas. Normalmente, la válvula pulmonar se encuentra entre el ventrículo derecho y la arteria pulmonar. Una válvula pulmonar que funciona normalmente tiene tres valvas que trabajan como una puerta en una sola dirección. Permiten que la sangre fluya hacia la arteria pulmonar. Pero no la dejan regresar al ventrículo derecho. En la atresia pulmonar, los problemas en el desarrollo de las válvulas impide que las valvas se abran. Por lo tanto, la sangre no puede fluir desde el ventrículo derecho hacia los pulmones.

Vista de las cuatro cavidades en un corazón con atresia pulmonar. Las flechas indican que la sangre no puede fluir desde el ventrículo derecho hacia la arteria pulmonar.

  • Transposición de las grandes arterias. La posición de la arteria pulmonar y la aorta está invertida. En este defecto:

    • La aorta comienza en el ventrículo derecho. Por lo tanto, la mayor parte de la sangre con poco oxígeno que regresa al corazón desde el cuerpo se bombea en la dirección contraria para expulsarla sin primero pasar por los pulmones.

    • La arteria pulmonar comienza en el ventrículo izquierdo. Por lo tanto, la mayor parte de la sangre oxigenada que regresa de los pulmones vuelve otra vez a los pulmones.

Vista de las cuatro cavidades en un corazón con transposición de las grandes arterias. Las flechas indican el flujo de sangre a través del corazón.

  • Tetralogía de Fallot. Esta enfermedad se caracteriza por estos cuatro defectos:

    1. Una comunicación interventricular. Este defecto deja pasar la sangre del ventrículo derecho al izquierdo sin que esta pase por los pulmones.

    2. Estrechamiento (estenosis) en la válvula pulmonar o debajo de esta. Esto bloquea parcialmente el flujo de sangre desde el ventrículo derecho hasta los pulmones.

    3. Engrosamiento o agrandamiento del ventrículo derecho.

    4. La aorta se encuentra justo encima de la comunicación interventricular (esto se denomina cabalgamiento de la aorta).

    La tetralogía de Fallot puede hacer que la piel y las membranas mucosas tengan un color azul debido a la falta de oxígeno (cianosis).

Vista de las cuatro cavidades en un corazón con tetralogía de Fallot, es decir, la aorta encima de ambos ventrículos, estenosis pulmonar, comunicación interventricular y engrosamiento del ventrículo derecho. Las flechas indican el flujo de sangre del ventrículo izquierdo al ventrículo derecho y hacia la aorta. Parte de la sangre fluye del lado derecho del corazón a la arteria pulmonar.

  • Doble salida ventricular derecha. Normalmente, la aorta se conecta con el ventrículo derecho. En esta compleja enfermedad, tanto la aorta como la arteria pulmonar están conectadas al ventrículo derecho. Esto hace que circule sangre con poco oxígeno en el cuerpo.

Vista de las cuatro cavidades en un corazón con doble salida ventricular derecha. Las flechas indican la sangre que fluye del ventrículo derecho a la arteria pulmonar y la aorta.

  • Tronco arterial. Durante el desarrollo normal de un bebé, la aorta y la arteria pulmonar empiezan como un solo vaso sanguíneo. Luego, el vaso se divide en dos arterias separadas. El tronco arterial ocurre cuando este vaso sanguíneo grande no se separa por completo. Esto deja una conexión de gran tamaño entre la aorta y la arteria pulmonar.

Vista de las cuatro cavidades en un corazón con tronco arterial. Las flechas muestran la sangre que fluye desde ambos ventrículos hasta la arteria pulmonar y la aorta.

Algunos de los problemas que hacen que se distribuya muy poca sangre al cuerpo incluyen:

  • Coartación de la aorta. En esta enfermedad, la aorta está estrechada o contraída. Esto bloquea el flujo de sangre hacia la parte inferior del cuerpo. Y también aumenta la presión arterial encima del área contraída. Por lo general, los bebés no presentan síntomas al nacer. Sin embargo, los síntomas pueden aparecer ya en la primera semana de vida. Si hay síntomas graves de hipertensión arterial e insuficiencia cardíaca congestiva, será necesario realizar una cirugía.

Vista de las cuatro cavidades en un corazón con coartación de la aorta. Las flechas indican el flujo de sangre restringido en la aorta.

  • Estenosis aórtica. En la estenosis aórtica, la válvula aórtica entre el ventrículo izquierdo y la aorta no se formó correctamente y está estrechada. Esto dificulta que el corazón bombee sangre al cuerpo. Una válvula aórtica normal tiene tres valvas (cúspides), pero una válvula estenótica puede tener solo una cúspide (unicúspide) o dos cúspides (bicúspide). Es posible que la estenosis aórtica no cause síntomas. Sin embargo, puede empeorar con el tiempo. Puede ser necesario realizar una cirugía o un procedimiento de cateterismo para reparar el bloqueo. O es posible que la válvula deba reemplazarse por una válvula artificial.

Vista frontal en sección transversal de un corazón con estenosis aórtica, donde las flechas indican el flujo de sangre a través del corazón.

También puede producirse una combinación compleja de defectos cardíacos que se conoce como síndrome del corazón izquierdo hipoplásico.

  • Síndrome del corazón izquierdo hipoplásico. Combinación de varias anomalías en el corazón y los grandes vasos sanguíneos. En el síndrome del corazón izquierdo hipoplásico, la mayoría de las estructuras del lado izquierdo del corazón (incluidos el ventrículo izquierdo, la válvula mitral, la aorta y la válvula aórtica) son pequeñas y están poco desarrolladas. Su grado de desarrollo varía en cada niño. Es posible que el ventrículo izquierdo no pueda bombear suficiente sangre al cuerpo. El síndrome del corazón izquierdo hipoplásico es mortal si no se trata.

¿Quién trata los defectos cardíacos congénitos?

Los bebés con problemas cardíacos congénitos son atendidos por un especialista llamado cardiólogo pediátrico. Estos profesionales de la salud diagnostican defectos cardíacos. También colaboran en la atención médica de los niños antes y después de la cirugía para reparar el problema cardíaco. Los especialistas que reparan defectos cardíacos en el quirófano son cirujanos cardiovasculares o cardiotorácicos pediátricos.

En la actualidad, las personas con cardiopatías congénitas viven más tiempo. Hoy en día, la cantidad de adultos con cardiopatías congénitas es mayor que la cantidad de bebés nacidos con dichas cardiopatías. Esta mejora en la tasa de supervivencia se debe a avances importantes en los estudios, tratamientos y métodos quirúrgicos.

Los niños con cardiopatías congénitas que llegan a la adultez deben pasar de la atención pediátrica a la atención cardiológica para adultos. Esto es vital para lograr alcanzar y mantener el mayor nivel posible de bienestar. El tipo de atención necesaria depende del tipo de cardiopatía congénita que tiene una persona. Las personas con una cardiopatía congénita simple a menudo pueden atenderse con un cardiólogo para adultos de su comunidad. Aquellas con tipos de cardiopatías congénitas más complejas deben atenderse en un centro especializado en cardiopatías congénitas en adultos.

Los adultos con cardiopatías congénitas tienen diferentes necesidades e inquietudes que los niños. Los adultos con cardiopatías congénitas necesitan orientación para planificar acontecimientos clave de su vida, tales como:

  • Estudios universitarios
  • Carrera profesional
  • Empleo
  • Seguro
  • Actividad
  • Estilo de vida
  • Herencia
  • Planificación familiar
  • Embarazo
  • Atención crónica
  • Discapacidad
  • Últimos días de vida
También debe evaluarse el conocimiento de ciertas cardiopatías congénitas, las expectativas de resultados a largo plazo y los posibles problemas y riesgos. Esto forma parte de una transición exitosa de la atención pediátrica a la atención médica para adultos. Esta transición comienza en la preadolescencia de su hijo. Durante la primera fase, usted y el especialista de su hijo deben conversar sobre el momento en que su hijo sea responsable de su propia atención. Esto dependerá de varios factores, tales como la capacidad del niño para cuidar de sí mismo. Lo más conveniente es comenzar a hablar de esto cuando su hijo esté relativamente sano. El niño deberá ser capaz de:
  • Hablar en detalle sobre su enfermedad
  • Enumerar los medicamentos que toma y cuándo los toma
  • Indicar si la enfermedad está cambiando o empeorando

Ayudar a su hijo adolescente a hacer la transición hacia la atención cardiológica para adultos

Como padre, debe ayudar a su hijo adolescente a prepararse para la transición hacia la atención cardiológica para adultos. Asegúrese de que su hijo conozca en detalle su enfermedad y sus medicamentos. Ayúdelo a comprender que deberá comenzar a tomar el control de su atención médica cuando sea adulto joven. De este modo se asegurará de que la transición a la atención para adultos sea fluida. Además, ayudará a garantizar los mejores resultados posibles para la salud de su hijo cuando sea un adulto joven con una cardiopatía congénita. Consulte al cardiólogo pediátrico de su hijo cómo pasar de profesionales de la salud pediátricos a profesionales de la salud para adultos. Aquí hay algunas cosas útiles para tener en cuenta:

  • Pregunte al equipo de atención médica de su hijo cuándo suelen trasladar a los niños a clínicas para adultos.

  • Pida al equipo de atención médica asesoramiento para buscar profesionales de la salud calificados.

  • Tenga en cuenta que tal vez deba cambiar el seguro médico.

  • Comprenda los desafíos psicológicos que pueden producirse cuando los adolescentes pasan a atenderse en consultorios para adultos. Es posible que se sientan nerviosos, entusiasmados, optimistas o frustrados. Es importante que el adolescente pueda hablar con alguien además de un familiar para poder hablar sobre cómo la enfermedad podría influir en sus relaciones amorosas y otros tipos de relaciones sociales.

  • Trabaje con la clínica pediátrica para hacer una lista de objetivos para esta transición. Revisen los objetivos en cada visita de rutina.

  • Hable con su hijo con anticipación y con frecuencia sobre su rol como paciente. Participar cada vez más en su propia atención médica es una gran responsabilidad. Brinde refuerzo positivo cuando el niño muestre independencia en el manejo de su propia atención médica.

Todos tienen una historia

Ver todas las historias de los pacientes