Epilepsia y salud mental
La epilepsia es una enfermedad neurológica que involucra una actividad eléctrica excesiva y anormal en el cerebro, lo que ocasiona convulsiones. La epilepsia no es una enfermedad mental; sin embargo puede estar relacionada con muchos problemas de salud mental por motivos que aún se desconocen.
A pesar de que algunos niños pueden experimentar solo impactos mínimos en la salud mental relacionados con su diagnóstico de epilepsia, alrededor del 30-50% puede experimentar una variedad de problemas de falta de atención, incluyendo ansiedad o trastornos del estado de ánimo. Los niños diagnosticados con epilepsia tienen una tasa estadísticamente mayor de depresión, ansiedad, autismo y trastorno de déficit de atención e hiperactividad que los niños que no tienen epilepsia; tasas hasta cinco veces más altas que la población pediátrica general.
Es importante reconocer estos signos y síntomas de salud mental en sus etapas tempranas y buscar tratamiento integral adecuado sin miedo ni prejuicios.
Epilepsia y la familia
Es normal que los pacientes que hayan sido recientemente diagnosticados de epilepsia pasen por sentimientos de tristeza, vergüenza, ansiedad, preocupación, miedo, desesperanza, frustración y rabia. Es común que los niños con epilepsia tengan problemas de autoestima y se preocupen por la reacción de sus compañeros, por lo que se retraen y se aíslan. A diferencia de las diferencias físicas que conllevan algunos diagnósticos médicos, la epilepsia es a veces difícil de reconocer y no hace más que exacerbar el sentimiento de ser "diferente" de sus compañeros.
Se anima a mantener conversaciones abiertas y sinceras con su hijo, apropiadas para su desarrollo, sobre su enfermedad. Deje que haga preguntas e intente responderle de manera simple y honesta. Esto le ayudará a informarse mejor y adaptarse mejor psicológica y emocionalmente a los cambios que está experimentando. Al hablar con su hijo con honestidad, reducirá los miedos y los cuentos que inventan en su mente sobre su enfermedad y lo que otras personas pueden pensar.
Es importante reconocer que la epilepsia no solo afecta al paciente, sino también a todo el sistema familiar. La investigación clínica ha descubierto que la manera en que los padres reaccionan al diagnóstico y a las convulsiones de su hijo es uno de los mejores indicadores del impacto de la epilepsia en el niño. Los niños y adolescentes que viven con epilepsia y sus familias pueden encontrar apoyo en grupos de apoyo social y asesoramiento.
Si tiene alguna preocupación sobre hablar con su hijo acerca de su diagnóstico de epilepsia, o está buscando un grupo de apoyo para padres, considere la posibilidad de unirse a nuestro Programa de apoyo para los pacientes con epilepsia para conocer a otros padres que a menudo se han enfrentado a las mismas preguntas.
Si su hijo tiene epilepsia y cualquier otro signo de depresión, ansiedad o trastorno de déficit de atención e hiperactividad, es importante que consulte con un médico. Juntos, podrán encontrar el plan de tratamiento que ayudará a cubrir las necesidades de salud mental y el tratamiento de las convulsiones.