Anemia aplásica en niños

La anemia aplásica es una enfermedad seria en la que la médula ósea no produce suficientes glóbulos sanguíneos. Al producir menos glóbulos sanguíneos, un niño con anemia aplásica tiene:

• Bajos niveles de oxígeno en los órganos, tejidos y células, debido al número insuficiente de glóbulos rojos
• Mayor riesgo de infección por un número insuficiente de glóbulos blancos
• Mayor riesgo de problemas de hemorragia por falta de plaquetas

La anemia aplásica en niños tiene muchas causas. A veces las causas se desconocen, aunque existen muchas causas conocidas. La anemia aplásica puede desarrollarse en algún momento durante la niñez. puede transmitirse de padres a hijos.

Las causas adquiridas incluyen:

• Infección. Entre ellas se encuentran la hepatitis o infección hepática y muchas enfermedades virósicas diferentes, como el virus de Epstein-Barr, el citomegalovirus, el parvovirus B19 o el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).
• Cáncer. Algunos cánceres afectan la médula ósea.
• Enfermedad autoinmune. Entre ellas se encuentran el lupus y la artritis reumatoide.
• Medicamentos. Entre ellos se encuentran algunos antibióticos u otros medicamentos.
• Toxinas. Entre ellos se encuentran los metales pesados, los pesticidas y el benceno.
• Radioterapia y quimioterapia. Se utilizan para tratar el cáncer.

A continuación se detallan los síntomas más comunes de la anemia aplásica.

Los niveles bajos de glóbulos rojos pueden causar:

• Piel pálida
• Dolor de pecho
• Ritmo cardiaco irregular
• Corazón agrandado

Los niveles bajos de glóbulos blancos pueden causar:

• Fiebre
• Llagas en la boca
• Infecciones

Los niveles bajos de plaquetas pueden causar:

• Aparición de moretones con facilidad
• Hemorragias nasales
• Sangrado de hencías
• Sangre en las heces
• Sangrado abundante durante el período menstrual

Otros síntomas pueden ser:

• Náuseas
• Sarpullidos en la piel

Los síntomas de la anemia aplásica pueden parecerse a los de otros trastornos sanguíneos o problemas médicos. Consulte siempre con el profesional de la salud que atiende a su hijo para lo diagnostique.

Probablemente, su profesional de la salud remitirá a su hijo a un hematólogo, que es el médico especializado en trastornos sanguíneos. Además de los antecedentes médicos y un examen físico de su hijo, las pruebas para detectar la anemia aplásica pueden incluir:

• Hemoglobina y hematocrito. Este análisis de sangre mide la concentración de hemoglobina, la parte de los glóbulos rojos que transporta el oxígeno, y la cantidad de glóbulos rojos en sangre.
• Hemograma completo. Un hemograma completo verifica los glóbulos rojos y blancos, las células de la coagulación de la sangre (plaquetas) y, a veces, los glóbulos rojos jóvenes (reticulocitos). Incluye la hemoglobina y el hematocrito, y más información sobre los glóbulos rojos.
• Frotis de sangre periférica. En este análisis se examina una pequeña muestra de sangre con un microscopio. Se analizan los glóbulos sanguíneos para ver si tienen un aspecto normal o no.
• Aspiración o biopsia de médula ósea. Este procedimiento se realiza tomando una pequeña cantidad de líquido de la médula ósea (aspiración) o de tejido sólido, denominada biopsia por aguja de núcleo. Se suele utilizar el hueso de la cadera. El líquido y el tejido se examinan para determinar el número, el tamaño y la madurez de los glóbulos sanguíneos o de las células anormales.

El tratamiento dependerá de los síntomas de su hijo, de su edad, de su estado general de salud y de la gravedad de la enfermedad. El tratamiento de la anemia aplásica también depende de la causa. En el caso de la anemia aplásica leve, puede no ser necesario un tratamiento. El tratamiento consta de lo siguiente:

• Transfusiones de sangre
• Transfusiones de plaquetas
• Antibióticos
• Hormonas u otros medicamentos para estimular la producción de células en la médula ósea
• Medicamentos inmunosupresores
• Trasplante de células madre

Con un tratamiento correcto, el riesgo de complicaciones en los niños con anemia aplásica se reduce considerablemente.

Las complicaciones de la anemia aplásica incluyen:

• Posibles efectos secundarios provocados por los medicamentos utilizados para tratar la anemia
• Problemas de crecimiento y desarrollo
• Cáncer
• Insuficiencia cardíaca.
• Hemorragias
• Infecciones graves

Trabaje junto con el profesional de la salud de su hijo para desarrollar un plan de tratamiento.

• Intente que la vida de su hijo sea lo más normal posible.
• No olvide prestar atención a los demás niños de la familia.
• Trabaje con la escuela de su hijo para asegurarse de que recibe todo lo que necesita.
• Su hijo también puede tener derecho a programas especiales en virtud del artículo 504 de la Ley de Rehabilitación de 1973.
• Si su hijo se siente diferente o solo, busque un grupo de apoyo para niños con anemia.

Su hijo no debe realizar actividades que aumenten la posibilidad de contraer una infección o de provocar un sangrado. Estas actividades incluyen:

• Estar cerca de personas enfermas
• Comer alimentos crudos
• Deportes de contacto como fútbol, ​​hockey, esquí o patinaje
• Viajar a grandes alturas. Los niños con un recuento bajo de glóbulos rojos tendrán una mayor fatiga y necesidad de oxígeno a grandes alturas.

Cada niño es diferente en función de la gravedad de sus síntomas y del tratamiento que pueda recibir. Hable con el profesional de la salud de su hijo sobre cuándo debe llamar. Por ejemplo, se le puede indicar que llame a un médico si su hijo tiene uno de los siguientes síntomas:

• Signos de infección, como fiebre, o síntomas de gripe
• Sangrado que no puede controlar
• Mayor cansancio

• La anemia aplásica es una enfermedad grave en la que la médula ósea no produce suficientes glóbulos sanguíneos nuevos.
• Puede transmitirse a través de los padres o desarrollarse en algún momento de la infancia.
• Los síntomas incluyen cansancio, palidez, infecciones frecuentes y aparición de hematomas y hemorragias con facilidad.
• La anemia aplásica se diagnostica con análisis de sangre y de médula ósea.
• El tratamiento depende de la causa. Puede incluir transfusiones de sangre, medicamentos y trasplantes de células madre.

Recomendaciones para aprovechar al máximo la consulta con el profesional de la salud:

• Conozca el motivo de la consulta y defina su objetivo.
• Antes de la consulta, anote las preguntas que desea hacerle al profesional de la salud.
• Durante la visita, anote el nombre de cualquier diagnóstico, medicamento, tratamiento o estudio nuevos. También anote las nuevas instrucciones que le dé el profesional de la salud.
• Pregunte por qué se le receta a su hijo cada nuevo medicamento o tratamiento y cómo lo ayudará. También conozca los efectos secundarios.
• Pregunte si la anomalía de su hijo se puede tratar de alguna otra manera.
• Pregunte por qué se recomienda determinado estudio o procedimiento y qué podrían significar los resultados.
• Tenga claro lo que puede ocurrir si su hijo no toma los medicamentos o no se somete a las pruebas ni a los procedimientos.
• Si su hijo tiene una cita de seguimiento, anote la fecha, la hora y el objetivo de la consulta.
• Consulte cómo puede comunicarse con el profesional de la salud de su hijo fuera del horario de atención y durante los fines de semana y feriados. Esto es importante en caso de que su hijo se enferme y usted tenga dudas o necesite asesoramiento.