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Síntomas

La fiebre del Valle puede comenzar con síntomas comunes como fiebre, tos, dolor en el pecho y dolores de cabeza, y puede comprender otros síntomas tales como dolores musculares, cansancio, dolor en las articulaciones, pérdida del apetito o erupciones atípicas en el torso, los brazos o las piernas. Los síntomas pueden parecerse a los de la gripe o la neumonía (infección pulmonar). La mayoría de las personas transitan bien la fiebre del Valle y se recuperan sin ningún tratamiento específico.

En los casos más graves, la fiebre del Valle puede derivar en una neumonía crónica o meningitis (infección del cerebro). También puede afectar los huesos, las articulaciones, la piel u otros órganos. Estos casos, en general, necesitarán tratamientos específicos así como también seguimientos a largo plazo. Es posible obtener el diagnóstico de fiebre del Valle mediante un simple análisis de sangre. Una vez confirmada la enfermedad, su médico podría evaluar iniciar el tratamiento específico para la fiebre del Valle.