Volver al blog

Mes de la Prevención nacional del maltrato infantil: cómo hablar con sus hijos acerca de esta amenaza

Publicado el 19 de abril de 2022

Hablar sobre el maltrato, en particular del abuso sexual infantil, puede ser incómodo, pero es muy importante hacerlo. Las investigaciones muestran que el 8% de los varones y el 20% de las niñas sufren abuso sexual antes de los 18 años. Hablar con sus hijos sobre la seguridad corporal y enseñarles estrategias para protegerse, los educa y los empodera. Estas conversaciones también allanan el camino para futuras conversaciones. Cuando tiene conversaciones abiertas y adecuadas para la edad del niño, ellos entienden que pueden hablar con usted sobre cualquier tema. Para explicarse esto, es posible que usted se haya hecho las siguientes preguntas:

 

¿Qué es el maltrato infantil?  

En general, el maltrato infantil se refiere al tratamiento perjudicial de un menor dependiente por parte de su padre, madre o cuidador, lo que resulta en el daño físico o emocional, explotación sexual o la muerte. Hay tres categorías generales de maltrato:

  • Físico: ocurre cuando el cuerpo de un niño resulta lesionado a causa de una fuerza externa, como otra persona que le patea, le golpea, le empuja o le produce quemaduras.
  • Sexual: cualquier actividad sexual que un niño no pueda entender ni consentir, y esta no se limita a solo tocarlo físicamente. Tanto la explotación sexual como mostrarles a los niños materiales sexualmente explícitos, son formas de abuso sexual.
  • Emocional o psicológica: una forma de controlar a los demás a través de las palabras, las acciones y las emociones. Los abusadores critican, avergüenzan, culpan, intimidan, humillan o manipulan las emociones de los demás para perjudicar su bienestar mental. El maltrato emocional es mucho más difícil de reconocer porque no hay signos físicos, y el maltrato verbal también puede ser otra forma de maltratar a los niños.

 

¿Cómo le hablo a mi hijo sobre el abuso?

Como adultos responsables, les enseñamos a nuestros hijos muchas maneras de mantenerse a salvo. Les enseñamos a mirar a ambos sentidos antes de cruzar la calle, a abrocharse el cinturón de seguridad y a lavarse las manos antes de comer. Del mismo modo, enseñar a los niños sobre el abuso es la mejor manera de mantenerlos seguros. Estas son algunas maneras de reducir los riesgos:

  • Las partes del cuerpo: es importante hacer referencia a las partes del cuerpo del niño por sus nombres anatómicos correctos. Usar los términos adecuados ayuda a evitar cualquier estigma y vergüenza al hablar de ellas.
    • Regla del traje de baño: una forma sencilla de enseñarle a su hijo qué partes del cuerpo son personales y privadas es usar la regla del traje de baño: si el traje de baño la cubre, es personal y privada. Nadie debe ver ni tocar a su hijo en la zona cubierta por su traje de baño. Lo mismo ocurre con los cuerpos de otras personas. Su hijo nunca debe mirar ni tocar a otra persona en el área del traje de baño, incluso si es alguien a quien conoce. 
  • Contacto físico apropiado, indeseado, o indebido: les enseñamos a nuestros hijos que tengan cuidado de los desconocidos, pero la mayoría de los niños son abusados sexualmente por alguien que conocen y en quien confían. Es por eso que es importante hablar con su hijo acerca de los diferentes tipos de contacto físico. Hay tres tipos de contacto físico acerca de los cuales debe enseñarle a su hijo:
    • Contacto físico apropiado: el contacto apropiado es aquel que hace que su hijo se sienta amado, atendido e importante. Un ejemplo puede ser cuando un amigo le dice: «¡choca esos cinco!», o le da una palmada en la espalda cuando hace un buen trabajo. Enséñele a su hijo que a veces, un contacto físico apropiado puede ser algo que no le guste, como cuando recibe una vacuna o cuando el médico lo examina, pero esto es para su buena salud, y usted estará allí para cuidarlo.
    • Contacto físico indeseado: el contacto físico indeseado es aquel que es apropiado pero que su hijo no lo desea de esa persona en ese momento. Un ejemplo puede ser un abrazo de un familiar que su hijo conozca por primera vez. Está bien que su hijo le diga «¡no!» a un contacto físico indeseado, incluso si es de alguien que conoce. Enséñele a su hijo a decir con amabilidad, pero con firmeza, que «¡no!». Esto les ayuda a entender y a establecer límites personales. 
    • Contacto físico indebido: el contacto físico indebido es aquel que daña el cuerpo o los sentimientos de su hijo, como patearlo, abofetearlo o tocar de manera inadecuada sus órganos genitales.
  • Secretos apropiados o inapropiados: los abusadores a menudo le piden a los niños que guarden un secreto, y pueden atraerlos con regalos o amenazarlos con hacerle daño a sus seres queridos si se lo cuentan a alguien. Hable con su hijo sobre guardar secretos. 
    • Secretos apropiados: solo se guardan por un corto tiempo, lo hacen sentir feliz y, al final, se comparten con todos. Un ejemplo es hornear un pastel para la fiesta de cumpleaños sorpresa de la abuela. Está bien mantenerlo en secreto hasta la fiesta, cuando todo el mundo lo descubra.
    • Secretos inapropiados: este tipo de secretos pueden hacer que el niño se sienta preocupado o asustado, y la persona que le pide que guarde el secreto no quiere que nunca se lo cuente a nadie.
  • Escuche a su cuerpo: hable con su hijo sobre las señales de advertencia que su cuerpo podría darle cuando algo no está bien o que es peligroso. Va a sentir una sensación rara en la panza, que su cuerpo se afloja y que el corazón le late muy rápido. Si alguna vez se siente así, hágale saber que puede hablar con usted y que usted le escuchará.
  • Diga que «¡No!»: si un adulto o un niño mayor alguna vez hace o dice algo que cause que su hijo se sienta inseguro, preocupado o amenazado, dígale que está bien decir «¡no!». Enséñele a defenderse por sí mismo, a hablar, a retirarse o a salir corriendo. Practique decir frases como: «¡Deténgase, no me gusta eso!». O, «¡No, es mi cuerpo. Déjeme en paz!».

 

¿Cómo respondo si me dice algo que me preocupa?

Ira, miedo, tristeza, conmoción, negación, vergüenza, malestar, incredulidad: todas estas son reacciones y sentimientos que podría sentir si su hijo revela o incluso insinúa que ha sido abusado. Si su hijo le revela algo preocupante, los primeros pasos más importantes son creerle y mantener la calma. Los niños rara vez se confunden con lo que les ha sucedido, especialmente cuando se trata de abuso sexual. Aliente a su hijo a seguir hablando. Evite criticar, ya que esto puede hacer que su hijo se cierre y que aumente su angustia emocional. Es posible que su hijo ya se sienta atemorizado o culpable, especialmente si el abusador es alguien cercano a su hijo o si ha amenazado con hacerle daño si revela el secreto. Escuche y tome en serio a su hijo. Hágale saber que hizo lo correcto. Hágale saber que usted le cree. Asegúrele a su hijo que no fue su culpa y que usted siempre estará allí para amarlo y protegerlo.

 

¿Qué debo hacer si me dice algo que yo tenga que afrontar?

Si su hijo le deja saber de cualquier supuesto maltrato o abandono, debe informarlo a la agencia de protección infantil local, también conocida como Child Protective Services (CPS, por sus siglas en inglés). La agencia realizará una investigación, que consiste en hablar con usted, con su hijo y con otras personas para determinar cuál es la situación de riesgo. Esta agencia tomará las medidas necesarias para proteger a su hijo y también les proporcionará a los padres y a los cuidadores, educación, recursos y apoyo.

 

Si alguna vez duda si debe reportarlo o no, es importante saber que las personas que informan de buena fe acerca de un presunto abuso, no pueden ser enjuiciadas. También puede hablar con el pediatra o el profesional de la salud de su hijo. Es posible que lo remitan a un médico que se especialice en evaluar y tratar a personas que han sufrido maltrato, y que los ayude a usted y a su hijo a sanarse.

 

 

Acerca del autor:

La doctora Carmela Sosa es directora médica de Valley Children's Primary Care y del centro Valley Children's Guilds Center for Community Health. De todos los factores que influyen en la salud de un niño, solo el 20% está relacionado con la atención clínica; el otro 80% está relacionado con factores sociales: The Guilds Center for Community Health se enfoca en este 80%. Por lo tanto, además de apasionarse por las necesidades clínicas de un niño, también está comprometida con los demás factores que contribuyen a la buena salud de los niños y se compromete a fomentar su bienestar. Pulse aquí para obtener más información sobre The Guilds Center for Community Health.