A los dos meses, la mayoría de los niños está aprendiendo a sonreírles a sus padres y comienza a reaccionar a los sonidos. A los dos meses, a Dylan Shippey lo estaban preparando para su primera cirugía.
Cuando Dylan tenía un mes, le diagnosticaron retinoblastoma bilateral, un cáncer que comienza en la retina, la parte que se encuentra muy atrás del ojo. Durante el transcurso de su tratamiento, Dylan tuvo más de 20 cirugías, quimioterapia y otros varios tratamientos.
A 2020, Dylan ha estado en remisión durante casi 16 años, terminó la escuela secundaria, obtuvo un certificado de asistente de enfermería y sueña con trabajar en un hospital pediátrico.
«Quiero mostrarles a los niños y los adultos que hay esperanza y que se puede ser fuerte», explica Dylan. «Puede que no parezca así en el momento, pero siempre hay esperanza y fe en el horizonte, solo se debe mirar al ángulo correcto y así será».
Para aquellos que transitan una experiencia como la de Dylan, él tiene algunos consejos:
«Yo les diría a los niños que están atravesando un tratamiento para el cáncer que no se rindan. Están sobrellevando algo que para la mayoría de las personas es muy difícil de afrontar. Hagan uso de su energía para luchar y salir adelante ¡LUCHEN! Nunca se rindan».
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