Epilepsia y convulsiones en niños
Aspectos generales
La epilepsia es una enfermedad cerebral que hace que las convulsiones en los niños sean recurrentes. Estas convulsiones no pueden estar relacionadas con una enfermedad de corta duración (aguda) como una infección, o una lesión de corta duración como una lesión cerebral. Si se conoce la causa de las convulsiones recurrentes, se denomina epilepsia sintomática. En cambio, si no se conoce la causa, se llama epilepsia idiopática.
La epilepsia es uno de los trastornos más comunes del sistema nervioso. Afecta a niños y adultos de todas las razas y etnias.
El cerebro está formado por células nerviosas que se comunican entre sí mediante actividad eléctrica. Cuando en 1 o más partes del cerebro se genera una ráfaga de señales eléctricas anormales que interrumpe las señales normales del cerebro, se produce una convulsión. Cualquier factor que interrumpa las conexiones normales entre las células nerviosas del cerebro puede causar una convulsión, incluyendo una fiebre alta, un nivel alto o bajo de azúcar en la sangre, la abstinencia de alcohol o drogas o una conmoción cerebral. Pero cuando un niño tiene dos o más convulsiones sin causa conocida, se diagnostica como epilepsia.
Existen diferentes tipos de convulsiones que dependen de qué parte del cerebro está afectada, en qué proporción y qué ocurre durante la convulsión. Las 2 categorías principales de convulsiones epilépticas son la focal (parcial) y la generalizada.
Convulsiones focales (parciales)
Las convulsiones focales tienen lugar cuando se produce una función eléctrica anormal en 1 o más áreas de 1 lado del cerebro. Antes de una convulsión focal, su hijo puede tener un aura o señales de que una convulsión está a punto de ocurrir. Esto es más común con una convulsión focal compleja. El aura más común incluye sentimientos tales como déjà vu, fatalidad inminente, miedo o euforia. O su hijo puede tener cambios en la visión, anomalías auditivas o cambios en el sentido del olfato. Los 2 tipos de convulsiones focales son:
-
Convulsión focal simple. Los síntomas dependen de la zona del cerebro afectada. Si la función eléctrica cerebral anormal está en la parte del cerebro relacionada con la visión (lóbulo occipital), la vista de su hijo puede alterarse. Lo más frecuente es que afecte los músculos. La convulsión se limita a un grupo muscular aislado. Por ejemplo, puede incluir solo los dedos o los músculos más grandes de los brazos y las piernas. También es posible que hijo tenga transpiración, náuseas o se ponga pálido. Su hijo no perderá el conocimiento en este tipo de convulsiones.
-
Convulsión focal compleja. Este tipo de convulsión suele producirse en la zona del cerebro que controla la función de la emoción y la memoria (lóbulo temporal). Es probable que su hijo sufra una alteración de la conciencia. También es posible que se desmaye, o simplemente deje de ser consciente de lo que ocurre a su alrededor. Puede parecer despierto, pero es probable que tenga varios comportamientos inusuales, que pueden ser tener náuseas, relamerse los labios, correr, gritar, llorar o reír. Después de la convulsión, es posible que esté cansado o con sueño. A esto se lo denomina período postictal.
Convulsión generalizada
Una convulsión generalizada se produce en ambos lados del cerebro. Su hijo perderá el conocimiento y estará cansado después de la convulsión (estado postictal). Los tipos de convulsiones generalizadas incluyen:
-
Convulsión de ausencia. También se llama convulsión de pequeño mal. Esta convulsión puede causar un breve cambio de estado de conciencia y la mirada fija, pero es probable que mantenga la postura. También es posible que su boca o su cara se muevan o que parpadee rápidamente. La convulsión no suele durar más de 30 segundos. Cuando la convulsión termina, su hijo quizás no recuerde lo que acaba de ocurrir. Puede seguir con sus actividades como si no hubiera pasado nada. Estas convulsiones pueden ocurrir varias veces al día. A veces se confunden este tipo de convulsiones con un problema de aprendizaje o de comportamiento. Casi siempre comienzan entre los 4 y los 12 años.
-
Convulsión atónica. También se denomina crisis de caída. Con una convulsión atónica, su hijo tiene una pérdida repentina del tono muscular que puede provocar que se caiga estando de pie o que deje caer la cabeza de repente. Durante la convulsión, su hijo estará sin fuerzas y no responderá.
-
Convulsión tónicoclónica generalizada. También se llama convulsión de gran mal. La forma clásica de este tipo de convulsiones tiene 5 fases distintas. El cuerpo, los brazos y las piernas de su hijo se flexionan (se contraen), se extienden (se enderezan) y tiemblan (se agitan). A esto le sigue la contracción y relajación de los músculos (período clónico) y el período postictal. Durante el periodo postictal, su hijo puede estar somnoliento. Puede tener problemas de visión o del habla y un fuerte dolor de cabeza, fatiga o dolores en el cuerpo. No todas estas fases se dan en todas las personas que tienen este tipo de convulsiones.
-
Convulsión mioclónica. Este tipo de convulsión provoca movimientos rápidos o sacudidas repentinas de un grupo de músculos y suelen darse en seguidilla. Esto significa que pueden ocurrir varias veces al día, o durante varios días seguidos.
Causas
Una convulsión puede tener muchas causas. Entre ellas, se incluyen:
- Un desequilibrio en las sustancias químicas de las señales nerviosas del cerebro (neurotransmisores)
- Trastornos genéticos
- Tumor cerebral
- Accidente cerebrovascular
- Daño cerebral por enfermedad, infección o lesión, incluidos los que ocurren en el nacimiento
- Medicamentos o drogas ilegales
Una convulsión puede estar causada por una combinación de las anteriores. En la mayoría de los casos no se encuentra la causa.
Síntomas
Los síntomas de su hijo dependen del tipo de convulsión. Los síntomas generales o señales de advertencia de que tendrá una convulsión pueden ser:
- Mirada fija
- Movimientos bruscos de brazos y piernas
- Endurecimiento del cuerpo
- Desmayos
- Problemas respiratorios o detención de la respiraración
- Pérdida del control de los intestinos o de la vejiga
- Caída repentina sin motivo aparente, especialmente cuando se asocia a desmayos
- Falta de respuesta a los ruidos o a las palabras durante períodos breves
- Estado de confusión
- Asentimiento con la cabeza cuando se asocia a la pérdida de conciencia o de conocimiento
- Períodos de parpadeo rápido y mirada fija
Durante la convulsión, los labios de su hijo pueden teñirse de azul y su respiración puede no ser normal. Después de la convulsión, su hijo puede estar somnoliento o confundido.
Los síntomas de una convulsión pueden parecerse a los de otras enfermedades. Asegúrese de que su hijo vea a un profesional de la salud para recibir un diagnóstico.
Diagnóstico
El profesional de la salud le preguntará sobre los síntomas y los antecedentes médicos de su hijo. Se le preguntará sobre otros factores que pueden haber causado la convulsión de su hijo, como:
- Fiebre o infección reciente
- lesión en la cabeza
- Enfermedades congénitas
- Parto prematuro
- Medicación reciente
Su hijo también puede necesitar:
- Un examen neurológico
- Análisis de sangre para comprobar si hay problemas de azúcar en la sangre y otros factores
- Pruebas de diagnóstico por la imagen del cerebro, como la imagen por resonancia magnética o la tomografía computarizada
- Electroencefalograma para comprobar la actividad eléctrica del cerebro de su hijo
- Punción lumbar (punción espinal) para medir la presión en el cerebro y el canal espinal y analizar el líquido cefalorraquídeo para detectar infecciones u otros problemas
Tratamiento
El objetivo del tratamiento es controlar, detener o reducir la frecuencia de las convulsiones. Generalmente, el tratamiento se realiza con medicamentos. Se utilizan muchos tipos de medicamentos para tratar las convulsiones y la epilepsia. El profesional de la salud de su hijo tendrá que identificar el tipo de convulsión que está teniendo. Los medicamentos se seleccionan en función del tipo de convulsión, la edad del niño, los efectos secundarios, el costo y la facilidad de uso. Los medicamentos que se utilizan en casa suelen tomarse por vía oral en forma de cápsulas, comprimidos, polvos o jarabe. Algunos medicamentos pueden administrarse en el recto o en la nariz. Si su hijo está en el hospital con convulsiones, el medicamento puede administrarse mediante una inyección o por vía intravenosa.
Es importante que le dé el medicamento a tiempo y según como fue recetado. Puede ser necesario cambiar la dosis o añadir nuevos medicamentos para controlar mejor las convulsiones. Todos los medicamentos pueden tener efectos secundarios. Hable con el profesional de la salud que atiende a su hijo sobre los posibles efectos secundarios. Si su hijo tiene efectos secundarios, hable con el profesional de la salud. No deje de darle los medicamentos correspondientes. Esto puede causar más convulsiones, o bien, que estas empeoren.
Quizás sea necesario realizar algunos análisis a su hijo mientras toma el medicamento para ver si está funcionando bien. Estos incluyen:
-
Análisis de sangre. Puede ser necesario realizar un análisis de sangre con frecuencia para comprobar el nivel de medicamentos en su cuerpo. El profesional de la salud puede cambiar la dosis del medicamento en función de este nivel. También es posible que le realicen a su hijo análisis de sangre para comprobar los efectos del medicamento en sus otros órganos.
-
Electroencefalograma. Un electroencefalograma es un procedimiento que registra la actividad eléctrica del cerebro. Se realiza mediante la colocación de electrodos en el cuero cabelludo. Esta prueba se hace para ver cómo está ayudando el medicamento con los problemas eléctricos en el cerebro de su hijo.
Es posible que su hijo necesite tomar el medicamento de por vida. A algunos niños se les quita la medicación si no han tenido convulsiones durante 1 a 2 años. Esto lo determinará el profesional de la salud que atiende a su hijo.
Otros tratamientos
Si la medicación no funciona lo suficientemente bien para controlar las convulsiones de su hijo, o tiene efectos secundarios, el profesional de la salud le puede aconsejar otros tipos de tratamiento, Su hijo puede recibir alguno de los siguientes tratamientos:
-
Dieta cetogénica. La dieta es muy alta en grasas y muy baja en carbohidratos. Se incluyen suficientes proteínas para ayudar a promover el crecimiento. La dieta hace que el cuerpo produzca cetonas. Estas son sustancias químicas fabricadas a partir de la descomposición de la grasa corporal. El cerebro y el corazón funcionan normalmente con las cetonas como fuente de energía. Es necesario seguir de forma estricta esta dieta. El consumo de muchos carbohidratos puede detener la cetosis. Los investigadores no están seguros de por qué la dieta funciona. Pero algunos niños dejan de tener convulsiones cuando se someten a la dieta. La dieta no funciona para todos los niños.
-
Estimulador del nervio vago. Este tratamiento envía pequeños pulsos de energía al cerebro desde uno de los nervios vagos. Estos son un par de nervios grandes en el cuello. Si su hijo tiene 12 años o más y tiene convulsiones parciales que no se controlan bien con los medicamentos, el estimulador del nervio vago puede ser una opción. Este tratamiento se realiza colocando quirúrgicamente una pequeña batería en la pared torácica. Luego, se conectan pequeños cables a la batería y se colocan bajo la piel y alrededor de uno de los nervios vagos. La batería se programa entonces para enviar impulsos de energía cada pocos minutos al cerebro. Cuando su hijo sienta que se acerca una convulsión, puede activar los impulsos sosteniendo un pequeño imán sobre la batería. En muchos casos, esto ayudará a detener la convulsión. El estimulador del nervio vago puede tener efectos secundarios, como voz ronca, dolor de garganta o cambio de voz.
Cirugía
Su hijo puede someterse a una cirugía especial para eliminar la parte del cerebro donde se producen las convulsiones. La cirugía ayuda a detener la propagación de las malas corrientes eléctricas a través del cerebro. Puede ser una opción si las convulsiones de su hijo son difíciles de controlar y siempre comienzan en una parte del cerebro que no afecta al habla, la memoria o la visión. La cirugía para los ataques de epilepsia es muy compleja y la realiza un equipo quirúrgico especial. Su hijo puede estar despierto durante la misma , ya que el cerebro no siente dolor. Si su hijo está despierto y es capaz de seguir órdenes, los cirujanos pueden revisar mejor las áreas de su cerebro durante el procedimiento. La cirugía no es una opción para todas las personas con convulsiones. Un equipo especializado en epilepsia evaluará a su hijo para saber si es un buen candidato para la cirugía.
Cómo sobrellevar
Usted puede ayudar a su hijo con epilepsia a controlar su salud:
- Si es apropiado para su edad, ayude a su hijo a entender qué tipo de convulsión tiene y qué tipo de medicamento necesita.
- Conozca la dosis, el horario y los efectos secundarios de todos los medicamentos. Dé a su hijo la medicación exactamente como se le ha indicado.
- Lleve un registro de convulsiones que incluya la fecha, la hora, la duración y los aspectos de las convulsiones de su hijo. Llévelo con usted cuando vea al profesional de la salud que lo atiende. Esta información les ayudará a recetar o cambiar los medicamentos.
- Hable con el profesional de la salud de su hijo antes de darle otros medicamentos. Los medicamentos para las convulsiones pueden interactuar con muchos otros. Esto puede hacer que no funcionen bien o causen efectos secundarios.
- Colabore con el personal de la escuela de su hijo. Dígales qué hacer si su hijo tiene una convulsión en la escuela, incluso cuándo llamar a 911. Trabaje con ellos para tener un plan de atención por escrito archivado en lugares seguros de la escuela. Por ejemplo, el profesor de su hijo y la enfermera deben tener una copia del plan.
- Si las convulsiones de su hijo se producen con frecuencia y son incapacitantes, familiarícese con el amparo legal que le pueda corresponder a su hijo para que haya igualdad de oportunidades educativas. Hable con el director de la escuela para informarse.
- Ayude a su hijo a evitar cualquier cosa que pueda desencadenar una convulsión. Asegúrese de que su hijo duerma lo suficiente, ya que la falta de sueño puede provocar una convulsión.
- Asegúrese de que visite al profesional de la salud con regularidad y que se realice las pruebas siempre que sea necesario.
Tenga en cuenta que quizás no necesite medicamento toda su vida. Hable con el profesional de la salud si su hijo no ha tenido convulsiones durante 1 a 2 años.
Si las convulsiones de su hijo están controladas, es posible que no necesite muchas restricciones en las actividades. Asegúrese de que lleve un casco para practicar deportes como patinaje, hockey y ciclismo. Asegúrese de que un adulto lo supervise mientras esté nadando.
Las convulsiones pueden afectar la capacidad de su hijo para conducir un vehículo. Hable con el profesional de la salud sobre las leyes de su estado.
Una persona de sexo femenino asignado al nacer con epilepsia debe hablar con su profesional de la salud sobre el efecto de las convulsiones en el control de la natalidad y la planificación familiar.
Cuándo se debe llamar al profesional de la salud
Comuníquese con el profesional de la salud que atiende a su hijo si sucede alguna de las siguientes situaciones:
- Los síntomas de su hijo empeoran o no mejoran.
- Su hijo tiene efectos secundarios a causa de los medicamentos.
- La duración, la frecuencia o la gravedad de las convulsiones aumenta.
Llame al 911 si su hijo tiene una convulsión que dura más de 5 minutos o tiene 2 convulsiones en un intervalo de 5 minutos.
Puntos claves
- Se produce una convulsión cuando en 1 o más partes del cerebro se genera una ráfaga de señales eléctricas anormales que interrumpe las señales normales del cerebro.
- Existen muchos tipos de convulsiones. Cada tipo puede causar diferentes clases de síntomas. Estos van desde ligeros movimientos corporales hasta la pérdida de conciencia y convulsiones.
- La epilepsia se da cuando una persona tiene 2 o más convulsiones sin causa conocida.
- La epilepsia se trata con medicamentos. En algunos casos, puede tratarse con un estimulador del nervio vago o con cirugía.
- Es importante evitar cualquier cosa que desencadene las convulsiones. Esto incluye la falta de sueño.
Próximos pasos
Recomendaciones para aprovechar al máximo la consulta con el profesional de la salud:
- Conozca el motivo de la consulta y defina su objetivo.
- Antes de la consulta, anote las preguntas que desea hacerle al profesional de la salud.
- Durante la consulta, anote el nombre de cualquier diagnóstico, medicamento, tratamiento o estudios nuevos. Anote también las nuevas instrucciones que el profesional de la salud le dé para su hijo.
- Pregunte por qué se le receta a su hijo cada nuevo medicamento o tratamiento y cómo lo ayudará. También conozca los efectos secundarios.
- Pregunte si la anomalía de su hijo se puede tratar de alguna otra manera.
- Pregunte por qué se recomienda determinado estudio o procedimiento y qué podrían significar los resultados.
- Tenga claro lo que puede ocurrir si su hijo no toma los medicamentos o no se somete a las pruebas ni a los procedimientos.
- Si su hijo tiene una cita de seguimiento, anote la fecha, la hora y el objetivo de la consulta.
- Consulte cómo puede comunicarse con el profesional de la salud de su hijo fuera del horario de atención y durante los fines de semana y feriados. Esto es importante en caso de que su hijo se enferme y usted tenga dudas o necesite asesoramiento.