Anquiloglosia en niños

La anquiloglosia es un problema en la lengua que está presente desde el nacimiento. Causa problemas del habla y de la alimentación en algunos niños.

El frenillo de la lengua es un pequeño pliegue de tejido que se extiende desde el piso de la boca hasta la parte inferior de la lengua. Lo puede ver fácilmente si se mira debajo de la lengua en un espejo.

Algunos niños tienen un frenillo demasiado corto y tenso desde el nacimiento y este puede adherirse a la punta de la lengua en lugar de adherirse más atrás. Cuando eso sucede, la lengua no puede moverse normalmente. Su hijo puede tener problemas para sacar la lengua, moverla de un lado a otro o doblarla para tocar los dientes superiores. La lengua a menudo tiene una muesca en la punta. Estos problemas pueden causar dificultad para hablar y comer.

La anquiloglosia es diferente en cada niño. La enfermedad se divide en categorías, según qué tan bien se puede mover la lengua. La clase 1 es una anguiloglosia leve y la clase 2 es moderada. La anquiloglosia severa es de clase 3. En la clase 4, la lengua apenas se puede mover.

Una pequeña cantidad de bebés que nacen cada año tienen anquiloglosia. Ocurre en los niños un poco más que en las niñas.

La anquiloglosia se produce cuando la lengua y el frenillo no se forman con normalidad. Los profesionales de la salud no están seguros de qué causa esto exactamente. La anquiloglosia es hereditaria en algunas familias, por lo que sus antecedentes médicos familiares pueden influir.

Es posible que su hijo no tenga ningún problema debido a la anquiloglosia. Muchos niños no los tienen. Otros pueden tener determinados problemas como los sguientes:

• Problemas con la lactancia materna
• Problemas para emitir determinados sonidos
• Un espacio entre los 2 dientes frontales inferiores
• Problemas para mantener la salud bucal, lo que puede provocar caries

La anquiloglosia puede dificultar que su hijo realice otras actividades. Estas incluyen lamer un cono de helado, tocar un instrumento de viento o besar. Y puede causar vergüenza o problemas sociales en algunos niños.

La mayoría de los bebés con anquiloglosia no tienen problemas con la lactancia materna. Pero los bebés con esta enfermedad pueden tener problemas para prenderse al pezón. O la lactancia materna puede causar dolor en los pezones. Si no se corrige, es posible que su bebé no aumente de peso normalmente. Hace que algunas mujeres dejen de amamantar antes de lo que les gustaría.

La anquiloglosia a menudo no impide que los bebés aprendan a hablar. Su hijo puede tener problemas para emitir determinados sonidos como t, d, z, s, th, n y l.

En casos poco frecuentes, los niños con anquiloglosia tienen otros problemas, como labio leporino o paladar hendido. Estos pueden causar otros síntomas.

El profesional de la salud de su hijo puede diagnosticar la enfermedad con los antecedentes médicos y un examen físico. El profesional de la salud revisará cuidadosamente la lengua de su hijo y sus movimientos.

El profesional de la salud de su hijo puede encontrar anquiloglosia al buscar posibles causas de los problemas de lactancia materna de su bebé. Este podría recomendar una consulta con un médico especialista en oído, nariz y garganta (otorrinolaringólogo) después del diagnóstico.

Es posible que el profesional de la salud de su hijo no recomiende ningún tratamiento si el niño no tiene síntomas o estos son leves. En algunos niños, muchos de los síntomas, o todos ellos, desaparecen con el tiempo. Entre los 6 meses y 6 años de edad, el frenillo de la lengua se mueve naturalmente hacia atrás. Esto puede resolver el problema si la anquiloglosia era leve. Con el tiempo, su hijo puede encontrar formas de solucionar el problema. Es menos probable que los síntomas desaparezcan si su hijo tiene anquiloglosia de clase 3 o 4.

Si su hijo tiene problemas para la lactancia, el profesional de la salud podrá recomendarle trabajar con un especialista en lactancia materna Si eso no funciona, es posible que su hijo deba someterse a un procedimiento quirúrgico.

Es probable que su hijo también necesite ver a un especialista en habla, que evaluará el habla de su hijo y puede recomendar fonoaudiología. O podrían recomendarle una cirugía.

Una simple cirugía llamada frenotomía es un tratamiento eficaz para muchos niños. A menudo, el profesional de la salud puede realizar este procedimiento en bebés en su consultorio. Los niños más grandes podrían necesitar anestesia. Este hace un corte en el frenillo, que permite que la lengua se mueva normalmente. Es posible que su hijo necesite ver a un fonoaudiólogo después de una frenotomía. Esto puede ayudarlo a aprender cómo volver a entrenar los músculos de la lengua.

Algunos niños necesitan un procedimiento un poco más complejo llamado frenectomía. Esto extirpa completamente el frenillo de la lengua. Otra opción es la frenuloplastia. Esta utiliza varios otros métodos para liberar la anquiloglosia. Es posible que su hijo necesite esto si la frenotomía no tuvo éxito o si el frenillo es muy grueso.

Hable con el profesional de la salud de su hijo sobre los riesgos y beneficios de un procedimiento.

Llame al profesional de la salud de su hijo o al especialista en lactancia materna si su hijo tiene problemas con la lactancia materna. Si cree que su hijo tiene problemas para emitir sonidos, consulte con el profesional de la salud de su hijo o con un logopeda.

• La anquiloglosia es un problema en la lengua que está presente desde el nacimiento. Evita que la lengua se mueva con tanta libertad como lo haría normalmente.
• Ocurre cuando el frenillo en la parte inferior de la lengua es demasiado corto y apretado.
• Los síntomas son diferentes en cada niño. Algunos niños podrían no tener ningún síntoma.
• Causa problemas de lactancia materna en algunos bebés.
• Su hijo podría tener problemas para emitir determinados sonidos.
• No todos los niños con anquiloglosia necesitan cirugía. Es posible que su hijo necesite cirugía si su anquiloglosia es más severa y causa síntomas importantes.

Recomendaciones para aprovechar al máximo la consulta con el profesional de la salud:

• Conozca el motivo de la consulta y defina su objetivo.
• Antes de la consulta, anote las preguntas que desea hacerle al profesional de la salud.
• Durante la visita, anote el nombre de cualquier diagnóstico, medicamento, tratamiento o estudio nuevos. También anote las nuevas instrucciones que le dé el profesional de la salud.
• Pregunte por qué se le receta a su hijo cada nuevo medicamento o tratamiento y cómo lo ayudará. Averigüe también cuáles son los efectos secundarios y cuándo deben informarse.
• Pregunte si la anomalía de su hijo se puede tratar de alguna otra manera.
• Pregunte por qué se recomienda determinado estudio o procedimiento y qué podrían significar los resultados.
• Tenga claro lo que puede ocurrir si su hijo no toma los medicamentos o no se somete a las pruebas ni a los procedimientos.
• Si su hijo tiene una cita de seguimiento, anote la fecha, la hora y el objetivo de la consulta.
• Consulte cómo puede comunicarse con el profesional de la salud fuera del horario de atención. Esto es importante en caso de que su hijo se enferme y usted tenga dudas o necesite asesoramiento.