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Síndrome del intestino irritable en niños

Aspectos generales

El síndrome del intestino irritable es un trastorno prolongado (crónico) que afecta el intestino. Este síndrome causa síntomas dolorosos en el vientre (abdominales) y en los intestinos.

Con síndrome del intestino irritable, el colon parece normal, pero aparece dolor y cambian los hábitos intestinales.

Causas

Se desconoce la causa física exacta del síndrome del intestino irritable. Un niño con síndrome del intestino irritable puede tener un colon más sensible de lo normal. Esto significa que el colon tiene una fuerte reacción a cosas que normalmente no deberían afectarlo.

Los niños pueden sentir síntomas de síndrome del color irritable debido a:

  • Problemas con la forma en que los alimentos pasan a través de su sistema digestivo
  • Sensibilidad extrema del interior del intestino al estiramiento y al movimiento
  • Estrés
  • Crecimiento excesivo de un tipo específico de bacterias en el intestino delgado
  • Sensibilidad a componentes de ciertos alimentos, como la lactosa, fructosa o sacarosa
  • Otras enfermedades que pueden causar el mismo tipo de síntomas que el síndrome del intestino irritable, como la enfermedad celíaca

Todo esto puede causar síntomas de síndrome del intestino irritable. Debe recalcarle a su hijo que el dolor de vientre es real y no imaginario.

Factores de riesgo

Los niños corren mayor riesgo de tener síndrome del intestino irritable si uno o ambos padres tienen el trastorno. Los adolescentes corren más riesgo que los niños más pequeños. El síndrome del intestino irritable afecta por igual a niños y niñas. Los antecedentes de abuso o situaciones estresantes puede aumentar el riesgo tanto en niños como en adultos.

Síntomas

El síndrome del intestino irritable se define como dolor o calambres abdominales acompañados por un cambio en los hábitos intestinales, con diarrea, constipación o ambas. Los síntomas de cada niño pueden variar. Entre los síntomas también se pueden incluir los siguientes:

  • Dolor de vientre que sigue produciéndose. El dolor que continúa durante más de 3 meses es a largo plazo (crónico)
  • Un cambio en los hábitos intestinales, como diarrea o estreñimiento
  • Malestar estomacal (náuseas)
  • Sentirse mareado
  • Pérdida de apetito
  • Hinchazón (distensión abdominal) y gases
  • Calambres
  • Necesidad de defecar de inmediato
  • Sensación de que no han salido todas las heces durante una evacuación intestinal
  • Mucosidad en las heces

Los síntomas del síndrome del intestino irritable pueden parecerse a los de otros problemas de salud. Asegúrese de que su hijo acuda a un profesional sanitario para que le realicen un diagnóstico.

Diagnóstico

El profesional de la salud de su hijo revisará los antecedentes médicos por completo y realizará un examen físico. El diagnóstico de síndrome del intestino irritable se realiza descartando otras causas de los síntomas.

Hay algunos síntomas que pueden apuntar a una causa distinta al síndrome del intestino irritable. Esto puede ayudar al profesional de la salud de su hijo a decidir qué procedimientos y pruebas de laboratorio pueden ser necesarios. Entre los síntomas se incluyen los siguientes:

  • Pérdida de peso
  • Vómitos
  • Fiebre sin motivo
  • Diarrea hemorrágica
  • Retraso en el crecimiento
  • Hígado agrandado

El profesional de la salud ordenará pruebas de laboratorio para verificar si hay infección e inflamación. Estas podrían incluir lo siguiente:

  • Análisis de sangre. Estas pruebas se realizan para verificar si su hijo tiene anemia, una infección o una enfermedad causada por inflamación o irritación.
  • Análisis de orina y urocultivo. Estos ayudan a detectar infecciones urinarias.
  • Muestra de heces. Busca bacterias y parásitos que puedan causar diarrea. También permite detectar inflamación en el intestino.
  • Muestras de heces para detectar sangre oculta. La sangre oculta no se puede ver. Solo se encuentra usando una solución especial que se vuelve azul cuando entra en contacto con la sangre. Si se encuentra sangre, puede haber inflamación en el tracto gastrointestinal.
  • Pruebas de aliento. Se pueden realizar distintas pruebas de aliento para ver si hay un crecimiento bacteriano excesivo o si el niño no está digiriendo algunos azúcares correctamente, como la lactosa, fructosa o sacarosa. Un ejemplo de una prueba de aliento es la prueba de hidrógeno. Se realiza para ver si su hijo no puede digerir la lactosa o si es intolerante a ella. La lactosa es un azúcar que se encuentra en la leche y los productos lácteos.
  • Radiografía abdominal. Estudio simple que le da al profesional de la salud una idea de cómo se ven los órganos internos.
  • Ecografía abdominal. Prueba de diagnóstico por la imagen que muestra los órganos internos mientras funcionan. Genera imágenes utilizando ondas sonoras de alta frecuencia en los órganos internos. A veces se realizan otras pruebas de diagnóstico por imagen, como resonancia magnética o tomografía computarizada, si es necesario descartar la presencia de otras enfermedades que presenten síntomas similares a los del síndrome del intestino irritable.
  • Esofagogastroduodenoscopia o endoscopia superior. Prueba que utiliza un tubo pequeño y flexible con una luz y una lente de cámara en el extremo (endoscopio) para revisar el interior de una parte del tracto digestivo. También se pueden tomar muestras de tejido (biopsia) del interior del tracto digestivo para su análisis.
  • Colonoscopía. Prueba que utiliza un tubo largo y flexible con una luz y una lente de cámara en el extremo (colonoscopio) para revisar el interior del intestino grueso.

Tratamiento

No hay cura para el síndrome del intestino irritable. El objetivo principal del tratamiento es aliviar los síntomas y ayudar a su hijo a volver a sus actividades diarias normales. El tratamiento consta de lo siguiente:

Cambios nutricionales

  • El azúcar de lactosa puede causar síntomas de síndrome del intestino irritable. Si su hijo no puede digerir la lactosa (es intolerante a la lactosa), es mejor limitarla. Hable con el profesional de la salud de su hijo sobre la posibilidad de administrarle la enzima que digiere el azúcar (lactasa/Lactaid).
  • Dieta baja en FODMAP. Esta dieta limita aquellos alimentos que quizás el niño no digiera correctamente y que pueden ser la causa de los síntomas del síndrome del intestino irritable. Sin embargo, antes de empezar cualquier dieta específica, consulte al profesional de la salud de su hijo.
  • La fibra soluble frecuentemente ayuda, pero la fibra insoluble puede aumentar los gases y la hinchazón.
  • Consulte con el profesional de la salud de su hijo antes de agregar bacterias buenas (probióticos) a la dieta de su hijo. No todos los probióticos son iguales, y no están regulados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos.
  • Es posible que deba hacer otros cambios en la dieta de su hijo si tiene una alergia o intolerancia alimentaria.
  • Pida hablar con un especialista en dietética matriculado si tiene preguntas o inquietudes sobre los cambios necesarios en la dieta.

Medicamentos

  • Si su hijo tiene síntomas graves, es posible que necesite medicamentos.

Manejo del estrés

  • Cuando su hijo tenga un episodio doloroso de síndrome del intestino irritable, trate de ayudarlo a concentrarse en algo divertido o agradable.
  • En casos poco frecuentes, se puede consultar a especialistas para controlar el dolor. Ciertos métodos como la biorretroalimentación y la acupuntura pueden ayudar. La conciencia plena y el yoga también pueden ser útiles. Hay muchas aplicaciones en línea que enseñan disciplinas como conciencia plena y yoga, y que puede hacer con su hijo en casa.
  • Controle y maneje su propio estrés. Cuidar a un niño con síndrome del intestino irritable puede ser emocional y físicamente extenuante. El cuidado personal también ayudará a su hijo a sobrellevar el estrés.

Complicaciones

Un niño con síndrome del intestino irritable a menudo no se siente bien. Y los síntomas físicos del síndrome del intestino irritable pueden provocar estrés y problemas emocionales. Por ejemplo, es posible que los niños con diarrea no lleguen al baño a tiempo. Esto puede hacer que se sientan avergonzados. Es posible que luego no vayan a la escuela ni jueguen con amigos. Esto puede causar depresión y ansiedad.

La mayoría de los niños con síndrome del intestino irritable continúan creciendo y desarrollándose normalmente. Pero es posible que algunos niños coman menos para limitar el dolor que puede acompañar a la digestión. Esto puede provocar pérdida de peso.

Cómo sobrellevar

Los síntomas del síndrome del intestino irritable pueden afectar las actividades diarias de su hijo. Es importante trabajar con el profesional de la salud de su hijo para controlar la enfermedad. Y es posible que necesite un plan para manejar problemas relacionados con la dieta, la escuela y la salud mental o emocional. De una manera apropiada para su edad, enséñele a su hijo sobre el síndrome del intestino irritable, incluso cómo ayudar a controlar los síntomas.

Es importante conocer los desencadenantes que causan los síntomas de su hijo y luego evitar esos desencadenantes. Algunos pueden ser los siguientes:

  • Comidas abundantes (por lo que puede ser útil consumir porciones más pequeñas con más frecuencia durante el día)
  • Alimentos grasos
  • Productos lácteos
  • Cafeína
  • Edulcorantes sintéticos

Llevar un diario de alimentos y síntomas puede ayudarlo a comprender mejor los desencadenantes de su hijo.

Ayude a su hijo a encontrar formas positivas de afrontar la situación. Esto puede ayudarlo a participar en la escuela y otras actividades. Algunos métodos que pueden resultar útiles son los siguientes:

  • Métodos de relajación
  • Distracción
  • Imágenes guiadas
  • Hipnoterapia
  • Terapia cognitivo-conductual
  • Biorretroalimentación

Hable con el profesional de la salud de su hijo y el personal de la escuela para encontrar métodos e intervenciones que puedan ser adecuados para su hijo.

Si su hijo tiene dificultades para sobrellevar el síndrome del intestino irritable, hable con el profesional de la salud de su hijo. Podría considerar la posibilidad de que su hijo consulte a un especialista, como los siguientes:

  • Pediatra del desarrollo conductual
  • Especialista en medicina para adolescentes
  • Profesional de la salud mental
  • Psicólogo escolar o asesor escolar

Cuándo se debe llamar al profesional de la salud

Comuníquese con el profesional de la salud de su hijo si este presenta alguno de los siguientes síntomas:

  • Dolor abdominal (de panza)
  • Diarrea o estreñimiento a largo plazo (crónicos)
  • Cualquier otro síntoma gastrointestinal
  • Pérdida de peso inexplicable

Llame al profesional de la salud de su hijo de inmediato si le han diagnosticado síndrome del intestino irritable y presenta otros síntomas, como los siguientes:

  • Pérdida de peso
  • Vómitos
  • Diarrea intensa
  • fiebre
  • Síntomas urinarios
  • Diarrea hemorrágica
  • Cambios en la piel
  • Signos de depresión, como mayor aislamiento, tristeza, irritabilidad o pérdida de interés en las actividades habituales.

I

Puntos claves

  • El síndrome del intestino irritable es un trastorno prolongado (crónico) que afecta el intestino grueso o delgado.
  • Este síndrome causa síntomas dolorosos en el vientre y en los intestinos. Se define como dolor o calambres abdominales acompañados por cambios en los hábitos intestinales, con diarrea o constipación.
  • Trate de encontrar los desencadenantes que causan los síntomas de su hijo. Luego, enséñele a su hijo a evitar esos desencadenantes.
  • No tiene cura. El objetivo del tratamiento es aliviar los síntomas y ayudar a su hijo a volver a sus actividades diarias normales.
  • Los síntomas del síndrome del intestino irritable pueden afectar las actividades diarias de su hijo. Trabaje con el profesional de la salud de su hijo para controlar la enfermedad.

Próximos pasos

Recomendaciones para aprovechar al máximo la consulta con el profesional de la salud:

  • Conozca el motivo de la consulta y defina su objetivo.
  • Antes de la consulta, anote las preguntas que desea hacerle al profesional de la salud.
  • Durante la consulta, anote el nombre de cualquier diagnóstico, medicamento, tratamiento o estudios nuevos. También anote las nuevas instrucciones que le dé el profesional de la salud.
  • Pregunte por qué se le receta a su hijo cada nuevo medicamento o tratamiento y cómo lo ayudará. También conozca los efectos secundarios.
  • Pregunte si la anomalía de su hijo se puede tratar de alguna otra manera.
  • Pregunte por qué se recomienda determinado estudio o procedimiento y qué podrían significar los resultados.
  • Tenga claro lo que puede ocurrir si su hijo no toma los medicamentos o no se somete a las pruebas ni a los procedimientos.
  • Si su hijo tiene una cita de seguimiento, anote la fecha, la hora y el objetivo de la consulta.
  • Consulte cómo puede comunicarse con el profesional de la salud fuera del horario de atención. Esto es importante en caso de que su hijo se enferme y usted tenga dudas o necesite asesoramiento.

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