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Malformaciones congénitas en niños

Aspectos generales

Una malformación congénita (defecto de nacimiento) es un problema de salud o un cambio físico anormal que está presente en un bebé cuando nace.

Algunas malformaciones congénitas son leves, es decir, el aspecto y la conducta del bebé son como los de cualquier otro bebé. Otras pueden ser más graves. Algunas malformaciones congénitas producen un único problema. Otros causan problemas en más de 1 órgano o sistema. Las malformaciones congénitas pueden producir discapacidades permanentes y enfermedades crónicas. Algunas malformaciones congénitas graves son potencialmente mortales. En esos casos el bebé vive sólo algunas semanas o meses. También es posible que un paciente muera muy joven, por ejemplo, en la adolescencia.

Algunas malformaciones congénitas no se pueden curar. Estas causan dificultades en el aprendizaje o el razonamiento. Sin embargo, muchas malformaciones congénitas físicas pueden tratarse mediante cirugía. Es posible reparar una gran cantidad de malformaciones congénitas, tales como el labio leporino o paladar hendido y ciertos defectos cardíacos.

Causas

Cuando un bebé nace con una malformación congénita, la primera pregunta que suelen hacer los padres es: "¿Por qué sucedió esto?". A veces, esta pregunta no tiene respuesta. Esta situación puede ser muy angustiante para los padres. Es normal que quieran saber por qué su bebé tiene un problema de salud.

Las malformaciones congénitas se deben a varios motivos. Esto puede suceder debido a la exposición de la madre a ciertos factores ambientales, infecciones o drogas ilegales. También pueden producirse por deficiencias de vitaminas durante el embarazo. Pueden presentarse debido a determinados genes o cambios en los genes (mutaciones). O también pueden deberse a una combinación de estos factores. Sin embargo, la causa suele ser desconocida.

Las causas de las malformaciones congénitas incluyen las siguientes:

  • Herencia y defectos genéticos. La herencia es el proceso por el cual una persona recibe un rasgo de sus padres. Algunos ejemplos de rasgos heredados normales son el color de ojos y el tipo de sangre. Los genes son lo que determinan nuestros rasgos. En algunos casos, los niños heredan no solo esos genes de rasgos normales como el color de ojos, sino también genes que producen malformaciones congénitas.
  • Problemas cromosómicos. Los cromosomas son estructuras con forma de bastón que se encuentran en el centro (núcleo) de cada célula. Los cromosomas contienen nuestros genes. Los cambios en los cromosomas pueden causar problemas de salud.
  • Herencia multifactorial. Esto significa que hay muchos factores por los que puede producirse una malformación congénita. Por lo general, dichos factores son tanto genéticos como ambientales.
  • Teratógenos. Un teratógeno es una sustancia que puede producir una malformación congénita. Suele ser algo presente en el medio ambiente a lo que la madre estuvo expuesta durante el embarazo. Puede tratarse de un medicamento recetado, una droga ilegal, el consumo de alcohol, una sustancia química tóxica o una enfermedad que tiene la madre. Cualquiera de estos factores podría aumentar las probabilidades de que el bebé nazca con una malformación congénita.

Factores de riesgo

Las malformaciones congénitas se producen en bebés de todo el mundo, en familias de cualquier país u origen. Cada vez que se produce un embarazo, existe la posibilidad de que el bebé tenga una malformación congénita. La mayoría de los bebés nacen sanos. Pero casi 1 de cada 33 bebés nacidos en los Estados Unidos tiene una malformación congénita grave. El riesgo de malformaciones congénitas varía según el tipo de malformación, los antecedentes médicos familiares, la edad de los padres y otros factores. El profesional sanitario puede brindarle más información sobre el riesgo de que su hijo nazca con malformaciones congénitas.

Síntomas

Los síntomas son muy variables. Dependen del tipo de malformación congénita. Los síntomas pueden ser ligeramente diferentes en cada niño. Pueden incluir:

  • Forma anómala de la cabeza, ojos, orejas, boca o cara.
  • Forma anómala de las manos, pies o extremidades
  • Dificultad para alimentarse
  • Crecimiento lento
  • Infecciones frecuentes
  • Problemas en las articulaciones
  • La columna vertebral no se cerró completamente (espina bífida)
  • Problemas renales
  • Problemas cardíacos
  • Problemas intestinales

Los síntomas de las malformaciones congénitas pueden parecerse a los de otras enfermedades. Atienda a su hijo con su profesional de la salud para que le realice un diagnóstico.

Diagnóstico

Muchas malformaciones congénitas pueden diagnosticarse antes del nacimiento mediante estudios. Los problemas cromosómicos, como el síndrome de Down, pueden diagnosticarse antes del nacimiento mediante el análisis de células del líquido amniótico o de la placenta. También pueden detectarse mediante el análisis del ADN del bebé en la sangre de la madre (pruebas no invasivas de detección prenatal). Estos estudios son muy precisos.

Las ecografías fetales durante el embarazo también pueden mostrar la posibilidad de que se produzcan ciertas malformaciones congénitas. Sin embargo, no son 100% precisas. Las ecografías de algunos bebés con malformaciones congénitas son iguales a las de otros bebés que no tienen estos problemas.

A continuación se enumeran los estudios que se pueden realizar mientras el bebé está en el útero:

Alfa-fetoproteína

Este análisis de sangre mide los niveles de una proteína denominada "alfa-fetoproteína". Esta proteína es producida por el hígado del bebé y está presente en la sangre de la madre. La alfa-fetoproteína a veces se denomina "alfa-fetoproteína en suero materno". La detección de alfa-fetoproteína puede ser 1 de las partes de una prueba de detección de 2, 3 o 4 partes. Por lo general se denomina "prueba de detección de múltiples marcadores". Las otras partes son las siguientes:

  • Gonadotropina coriónica humana. Esta es una hormona producida por algunas células de la placenta. Los niveles elevados de gonadotropina coriónica humana pueden indicar que el bebé tiene síndrome de Down. Esta enfermedad es un problema cromosómico. Causa problemas de aprendizaje y algunos cambios físicos.
  • Estriol. Esta es una hormona producida por la placenta y por el hígado y las glándulas suprarrenales del bebé. Los bajos niveles de esta hormona pueden indicar que el bebé tiene síndrome de Down.
  • Inhibina. Esta es una hormona producida por la placenta. Los niveles anormales de esta hormona pueden indicar un mayor riesgo de síndrome de Down.

Ecografía de translucencia nucal

Esta ecografía normalmente se realiza al final del primer trimestre. El engrosamiento de la parte de atrás del cuello del bebé puede indicar un mayor riesgo de síndrome de Down u otros problemas cromosómicos.

Amniocentesis

En esta prueba, se extrae una pequeña muestra del líquido amniótico que rodea al bebé. La muestra se utiliza para diagnosticar problemas cromosómicos y defectos de cierre del tubo neural, tales como espina bífida. Se pueden realizar pruebas para detectar otros defectos y trastornos genéticos. Esto depende de los antecedentes familiares y los análisis de laboratorio disponibles en el momento de la prueba. El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos recomienda realizar la amniocentesis entre las semanas 15 y 20 del embarazo en mujeres que tienen mayor riesgo de problemas cromosómicos. Esto incluye a quienes tienen más de 35 años en el momento del parto. También incluye a mujeres cuyos resultados anómalos en los análisis de sangre indiquen un mayor riesgo de problemas cromosómicos o defectos del tubo neural, tales como espina bífida. En algunos casos, la amniocentesis puede realizarse ya a las 14 semanas.

Biopsia de vellosidades coriónicas

En esta prueba, se extrae una muestra de tejido de la placenta. Este tejido tiene el mismo material genético que el bebé. Puede analizarse para detectar problemas cromosómicos y otros problemas genéticos. Esto depende de los antecedentes familiares y los análisis de laboratorio disponibles en el momento de la prueba. A diferencia de la amniocentesis, las muestras de vellosidades coriónicas no proporcionan información sobre los defectos del tubo neural, tales como espina bífida. Las mujeres que se realizan esta prueba también necesitan realizarse un análisis de sangre de seguimiento entre las semanas 16 y 18 del embarazo. Este análisis de sangre sirve para detectar defectos del tubo neural.

Ecografía

Este estudio emplea ondas sonoras para crear una imagen de los órganos internos. Permite detectar algunas malformaciones congénitas físicas.

Prueba no invasiva de detección prenatal

Esta prueba analiza la sangre de la madre. El laboratorio busca un material genético, el ADN, que proviene de la placenta. Este ADN es igual al ADN del bebé. En él, el laboratorio busca problemas cromosómicos, tales como trisomía 13, trisomía 18 y trisomía 21.

En algunos casos, las malformaciones congénitas no se diagnostican hasta después del nacimiento. Un profesional de la salud puede diagnosticar a un bebé mediante un examen físico. El profesional también puede extraer una muestra de sangre. Esta muestra se analiza en un laboratorio para detectar problemas cromosómicos. Esto es importante para que los padres conozcan el riesgo de que se produzca esa malformación congénita en embarazos futuros.

Tratamiento

Las malformaciones congénitas no tienen cura. Sin embargo, los niños pueden recibir tratamiento para intentar reducir los problemas. El tratamiento dependerá de los síntomas, la edad y el estado de salud general de su niño. También dependerá de la gravedad de la enfermedad. Los tratamientos incluyen: cirugías, medicamentos, terapia física u ocupacional, intervención educativa, etc. Hable con los profesionales de la salud que atienden a su hijo acerca de los riesgos, ventajas y posibles efectos secundarios de todos los tratamientos.

Complicaciones

Las complicaciones posibles varían mucho según el tipo de malformación congénita. Pueden incluir 1 o más de las siguientes:

  • Problemas cardíacos
  • Problemas intestinales
  • Problemas de la vista
  • Problemas auditivos
  • Problemas de la tiroides
  • Problemas de aprendizaje
  • Infecciones en el oído medio
  • Diabetes
  • Presión arterial alta.
  • Infecciones graves
  • Enfermedad pulmonar crónica
  • Autismo
  • Trastorno por déficit de atención e hiperactividad
  • Trastorno obsesivo-compulsivo
  • Ansiedad

Prevención

Los investigadores están buscando formas de prevenir muchas de las malformaciones congénitas. No todas pueden evitarse. Actualmente, solo se conocen algunas formas de ayudar a prevenir ciertas malformaciones. Es importante que la madre cuide su salud antes del embarazo y durante su curso. Vacunarse contra ciertas infecciones, tales como la rubeola, puede servir para prevenir malformaciones congénitas causadas por esa infección. No beber durante el embarazo puede servir para prevenir malformaciones congénitas causadas por el alcohol. Tomar una vitamina prenatal que incluya ácido fólico puede servir para prevenir defectos del tubo neural, tales como espina bífida.

Cómo sobrellevar

Si su bebé nace con una malformación congénita, hay algunas cosas que puede hacer para cuidar de usted y de su bebé:

  • Concurrir a todas las citas con el profesional sanitario que atiende a su bebé.
  • Hablar con el profesional sanitario sobre los otros profesionales que atenderán a su hijo. Es posible que su hijo reciba atención de un equipo multidisciplinario. Este equipo puede incluir asesores, asistentes sociales, clérigos, asesores en genética, dietistas, fisioterapeutas y fonoaudiólogos. La composición del equipo dependerá de la enfermedad de su hijo.
  • Si tiene alguna inquietud con respecto a los síntomas de su hijo, llame al profesional de la salud.
  • Considere realizarse análisis genéticos y solicitar asesoramiento para comprender su riesgo.
  • Informe a otras personas sobre la enfermedad de su bebé. Trabaje con el profesional sanitario que atiende a su hijo para elaborar un plan de tratamiento.
  • Solicite ayuda a los servicios comunitarios locales. Puede apoyarse en su comunidad religiosa u organizaciones especializadas en malformaciones congénitas, como la organización March of Dimes.

Puntos claves

  • Una malformación congénita es un problema de salud o un cambio físico anormal que está presente en un bebé cuando nace. Las malformaciones congénitas pueden ser desde muy leves hasta potencialmente mortales y limitantes.
  • Las malformaciones congénitas se deben a varios motivos. Sin embargo, la causa suele ser desconocida.
  • Muchas malformaciones congénitas pueden diagnosticarse antes del nacimiento mediante estudios. El profesional sanitario le dirá cuáles puede realizarse.
  • El riesgo de malformaciones congénitas varía según el tipo de malformación, los antecedentes médicos familiares, la edad de los padres y otros factores. El profesional de la salud puede brindarle más información sobre el riesgo de tener un hijo con una malformación congénita.
  • Las malformaciones congénitas no tienen cura. Sin embargo, los niños pueden recibir tratamiento para intentar reducir los problemas.
  • Los investigadores están buscando formas de prevenir muchas de las malformaciones congénitas. No todas pueden evitarse. Es importante que la madre cuide su salud antes del embarazo y durante su curso.

Próximos pasos

Recomendaciones para aprovechar al máximo la consulta con el profesional de la salud:

  • Conozca el motivo de la consulta y defina su objetivo.
  • Antes de la consulta, anote las preguntas que desea hacerle al profesional de la salud.
  • Durante la consulta, anote el nombre de cualquier diagnóstico, medicamento, tratamiento o estudios nuevos. También anote las nuevas instrucciones que le dé el profesional de la salud.
  • Pregunte por qué se le receta a su hijo cada nuevo medicamento o tratamiento y cómo lo ayudará. También conozca los efectos secundarios.
  • Pregunte si la anomalía de su hijo se puede tratar de alguna otra manera.
  • Conozca por qué se aconseja realizar una prueba o procedimiento y qué podrían significar los resultados.
  • Tenga claro lo que puede ocurrir si su hijo no toma los medicamentos o no se somete a las pruebas ni a los procedimientos.
  • Si su hijo tiene una cita de seguimiento, anote la fecha, la hora y el objetivo de la consulta.
  • Consulte cómo puede comunicarse con el profesional de la salud fuera del horario de atención. Esto es importante en caso de que su hijo se enferme y usted tenga dudas o necesite asesoramiento.

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