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Pruebas de audición para recién nacidos


Pruebas de detección de la audición para recién nacidos

Se estima que la pérdida auditiva grave ocurre en aproximadamente 2 a 3 de cada 1,000 recién nacidos. Sin pruebas de detección, es posible que la pérdida auditiva no se note hasta que el bebé tenga más de 1 año. Si la pérdida auditiva no se detecta hasta años posteriores, los centros auditivos del cerebro no se estimularán correctamente. Esto puede afectar el desarrollo de la audición y retrasar el habla y el lenguaje. El desarrollo social y emocional y el éxito en la escuela también pueden verse afectados.

La mayoría de las hipoacusias se presentan al nacer (congénitas). Sin embargo, algunos bebés desarrollan pérdida de audición después del nacimiento. La hipoacusia es más probable en:

  • Bebés que nacen antes de tiempo (prematuros)
  • Bebés con infecciones
  • Bebés con problemas respiratorios que necesitan el uso prolongado de respiradores y ciertos medicamentos

Debido a estos riesgos, muchas organizaciones de salud ahora recomiendan la detección universal de la audición infantil. En la actualidad, a casi todos los recién nacidos se les realizan pruebas de detección de hipoacusia. Esto permite un tratamiento más temprano para evitar retrasos en el lenguaje y el desarrollo.

Tipos de pruebas

Existen dos tipos de pruebas de audición para los recién nacidos. Se pueden hacer antes de que los bebés salgan del hospital, pero deben hacerse antes de que el bebé tenga 1 mes de vida. Pueden usarse juntos o por separado:

  • Emisiones otoacústicas evocadas. En esta prueba se utiliza un tapón flexible y diminuto que se inserta en el oído del bebé. Se transmiten sonidos por el tapón. Un micrófono en el tapón registra las respuestas (emisiones otoacústicas) del oído normal en reacción a los sonidos. En un bebé con hipoacusia no hay emisiones. Esta prueba es indolora y a menudo se realiza en pocos minutos mientras el bebé duerme.
  • Respuesta auditiva del tronco encefálico. En esta prueba se utilizan cables (electrodos) adheridos con adhesivo al cuero cabelludo del bebé. Mientras el bebé duerme, se hacen chasquidos a través de auriculares diminutos colocados en los oídos del bebé. La prueba mide la actividad cerebral como respuesta a los sonidos. Al igual que las emisones otoacústicas evocadas, esta es una prueba indolora y solo lleva unos minutos.

Si la prueba de detección muestra una posible pérdida auditiva, se necesitan más pruebas. No todos los bebés que no pasan la primera prueba de audición serán sordos o tendrán dificultades auditivas. Otras cosas pueden hacer que su bebé no pase esta prueba de audición temprana. Estos incluyen exceso de líquido o cerumen en el oído de su bebé o demasiado ruido en la habitación donde su bebé fue examinado. Todos los bebés que no pasen la prueba de detección deben ser examinados por un especialista en audición (audiólogo) antes de los 3 meses de edad. El tratamiento para la pérdida auditiva debe comenzar antes de que el bebé cumpla 6 meses, un momento importante para el desarrollo del habla y el lenguaje.