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Espondilitis anquilosante juvenil en niños

Aspectos generales

La espondilitis anquilosante juvenil es un tipo de artritis. Afecta a la columna vertebral y a los lugares donde los músculos, tendones y ligamentos se unen al hueso. Anquilosante significa duro o rígido. El término espóndilo hace referencia a la columna vertebral. Se refiere a una inflamación.

La espondilitis anquilosante juvenil suele aparecer en la adolescencia y jóvenes de alrededor de 20 años. Afecta más a niños y hombres que a niñas y mujeres. La espondilitis anquilosante juvenil es una enfermedad prolongada (crónica). Algunas personas tienen períodos de tiempo donde la enfermedad se encuentra inactiva o presenta síntomas leves (remisión), mientras que otras personas pueden tener síntomas continuos.

Causas

Los investigadores no saben exactamente la causa de la espondilitis anquilosante juvenil. Tiende a ser hereditaria. ​​​​​​​Un marcador genético llamado HLA-B27 se encuentra en la mayoría de los caucásicos y en aproximadamente la mitad de los afroamericanos que padecen esta enfermedad. ​​​​​​​Sin embargo, solo un número muy reducido de personas con dicho marcador desarrollará la enfermedad. Por este motivo, los investigadores no tienen pleno conocimiento de si el marcador genético aumenta el riesgo de padecer la enfermedad.

Factores de riesgo

Un niño puede tener más riesgo de padecer espondilitis anquilosante juvenil si tiene:

  • Familiares con espondilitis anquilosante juvenil
  • El marcador genético HLA-B27

Síntomas

Los síntomas pueden ser ligeramente distintos en cada niño. Suelen ir y venir con el tiempo y pueden incluir:

  • Dolor en la espalda, las articulaciones, las nalgas, los muslos, los talones o los hombros
  • Rigidez a primera hora de la mañana que mejora con la actividad
  • Problemas para mantenerse erguido
  • Dificultad para respirar profundamente
  • Pérdida de apetito
  • Pérdida de peso
  • Cansancio (fatiga)
  • Fiebre,
  • dolor, enrojecimiento y sensibilidad a la luz en los ojos

Los síntomas de la espondilitis anquilosante juvenil pueden parecerse a los de otras enfermedades. Asegúrese de que su hijo vea a un profesional de la salud para recibir un diagnóstico.

Diagnóstico

Dado que los síntomas son similares a los de otras enfermedades, la espondilitis anquilosante juvenil puede ser difícil de diagnosticar.

El profesional de la salud le preguntará sobre los síntomas y los antecedentes médicos de su hijo. También puede preguntarle sobre los antecedentes médicos de la familia. Luego le hará un examen físico a su hijo. Es posible que a su niño le realicen pruebas como las siguientes:

  • Radiografías. En esta prueba se utiliza una pequeña cantidad de radiación para tomar imágenes de los tejidos en el cuerpo. Las radiografías pueden mostrar cambios en la columna vertebral y en las articulaciones. Es posible que los cambios no aparezcan en las primeras etapas.
  • Otras pruebas de diagnóstico por imagen. Pueden hacerse otros estudios que obtengan imágenes más detalladas del cuerpo, como por ejemplo, la imagen por resonancia magnética. Esta prueba utiliza grandes imanes y una computadora para crear imágenes de los tejidos del cuerpo.
  • Análisis de sangre. ​​​​​​​No existen pruebas específicas para la espondilitis anquilosante juvenil. No obstante, pueden hacerse análisis de sangre generales, como:
    • Velocidad de sedimentación globular (VSG). Este estudio se realiza para ver si hay inflamación en el cuerpo. Un niño con espondilitis anquilosante juvenil puede tener un nivel elevado de VSG, pero eso también puede deberse a otras causas.
    • ​​​​​​​Detección del antígeno (HLA-B27). Se trata de un análisis de sangre para detectar ciertas enfermedades​​​​​​​ autoinmunes. HLA-B27 es un antígeno. ​​​​​​​Si este antígeno está presente, puede indicar que existe algún tipo de enfermedad autoinmune. Al igual que la VSG, el resultado del análisis no es específico de la espondilitis anquilosante juvenil y puede tener otra causa.

Puede resultar difícil diagnosticar espondilitis anquilosante juvenil. El profesional de la salud de su hijo puede aconsejarle que consulte a un profesional de la salud especialista en enfermedades de las articulaciones (reumatólogo).

Tratamiento

Los objetivos del tratamiento de la espondilitis anquilosante juvenil son:

  • Reducir el dolor y la rigidez
  • Evitar deformidades
  • Ayudar a su hijo a ser lo más activo posible

El tratamiento dependerá de los síntomas, la edad y el estado de salud general de su niño. También dependerá de la gravedad de la enfermedad. El tratamiento puede incluir lo siguiente:

  • ​​​​​​​Antiinflamatorios no esteroides (AINE), como el ibuprofeno, para reducir el dolor y la inflamación
  • Uso a corto plazo de corticoesteroides para reducir la inflamación
  • Medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (DMARDS) para frenar la inflamación en el cuerpo
  • Medicamentos biológicos, como los anti-TNF, para frenar la inflamación en el cuerpo
  • Ejercicio regular, con ejercicios que fortalezcan los músculos de la espalda
  • Fisioterapia

Complicaciones

Las posibles complicaciones de la espondilitis anquilosante juvenil incluyen:

  • Daño articular
  • Huesos de la columna vertebral y del tórax que crecen juntos (se fusionan)
  • Curvatura anormal de la columna vertebral hacia delante (cifosis)
  • ​​​​​​​Dificultad para respirar debido a cambios en la columna vertebral y el tórax (enfermedad pulmonar restrictiva)
  • Fracturas en los huesos de la columna vertebral
  • ​​​​​​​Problemas de corazón, ojos y riñones

Cómo sobrellevar

La espondilitis anquilosante juvenil es una enfermedad prolongada (crónica). Algunas personas tienen períodos de tiempo donde la enfermedad se encuentra inactiva o presenta síntomas leves (remisión), mientras que otras personas pueden tener síntomas continuos.

El diagnóstico y el tratamiento precoces son importantes para reducir o retrasar las complicaciones. Ayude a su hijo a:

  • Mantenerse lo más activo posible
  • Equilibrar la actividad con el descanso
  • Seguir una dieta saludable

​​​​​​​También debe asegurarse de que su hijo deje de fumar o de que nunca empiece a hacerlo. Fumar se asocia a mayores problemas con la espondilitis anquilosante juvenil.

Colabore con el equipo de atención médica para crear el plan de tratamiento permanente más adecuado para su hijo.

Cuándo se debe llamar al profesional de la salud

​​​​​​​Llame al profesional de la salud de su hijo si tiene dolor en las articulaciones y la espalda, rigidez matutina u otros síntomas de espondilitis anquilosante juvenil.

Si su hijo tiene espondilitis anquilosante juvenil, llame al profesional de la salud si presenta alguno de los siguientes signos:

  • Síntomas en los ojos
  • Dificultad para respirar
  • Otros síntomas nuevos
  • Tiene síntomas que empeoran

Puntos claves

  • La espondilitis anquilosante juvenil es un tipo de artritis. Afecta a la columna vertebral y a los lugares donde los músculos, tendones y ligamentos se unen al hueso.
  • Los síntomas pueden incluir dolor y rigidez en la espalda, las articulaciones, las nalgas, los muslos, los talones o los hombros
  • Puede resultar difícil diagnosticar espondilitis anquilosante juvenil. El profesional de la salud de su hijo puede aconsejarle que consulte a un profesional de la salud especialista en enfermedades de las articulaciones (reumatólogo).
  • ​​​​​​​Los objetivos del tratamiento de la espondilitis anquilosante juvenil son reducir el dolor y la rigidez y ayudar a su hijo a mantenerse activo.
  • El tratamiento puede incluir medicamentos, ejercicio y fisioterapia.
  • La espondilitis anquilosante juvenil es una enfermedad prolongada (crónica). Algunas personas tienen períodos de tiempo donde la enfermedad se encuentra inactiva o presenta síntomas leves (remisión), mientras que otras personas pueden tener síntomas continuos.

Próximos pasos

Recomendaciones para aprovechar al máximo la consulta con el profesional de la salud:

  • Conozca el motivo de la consulta y defina su objetivo.
  • Antes de la consulta, anote las preguntas que desea hacerle al profesional de la salud.
  • Durante la consulta, anote el nombre de cualquier diagnóstico, medicamento, tratamiento o estudios nuevos. También anote las nuevas instrucciones que le dé el profesional de la salud.
  • Pregunte por qué se le receta a su hijo cada nuevo medicamento o tratamiento y cómo lo ayudará. Averigüe también cuáles son los efectos secundarios y cuándo deben informarse al profesional de la salud de su hijo.
  • Pregunte si la anomalía de su hijo se puede tratar de alguna otra manera.
  • Pregunte por qué se recomienda determinado estudio o procedimiento y qué podrían significar los resultados.
  • Tenga claro lo que puede ocurrir si su hijo no toma los medicamentos o no se somete a las pruebas ni a los procedimientos.
  • Si su hijo tiene una cita de seguimiento, anote la fecha, la hora y el objetivo de la consulta.
  • Consulte cómo puede comunicarse con el profesional de la salud fuera del horario de atención. Esto es importante en caso de que su hijo se enferme y usted tenga dudas o necesite asesoramiento.

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