Poner el pollo en una olla grande para sopa. Cubrir con agua.
Pelar el jengibre y cortarlo en diagonal en cuatro trozos. Agregar a la olla.
Pelar la cebolla y cortarla en cuartos. Añadir a la olla.
Pelar el ajo y aplastar con el lado plano de un cuchillo. Agregar a la olla.
Llevar la sopa a punto de ebullición y luego bajar el fuego para que se cocine a fuego lento. Quitar la espuma. Dejar cocer a fuego lento durante una hora.
Sacar el pollo de la olla y desechar la piel y los huesos. Cortar la carne en trozos del tamaño de un bocado para la sopa.
Colar el caldo, reservar los trozos de jengibre.
Refrigerar el caldo hasta que se necesite para la sopa. La grasa subirá a la parte superior y se puede quitar.