Las personas con trastorno afectivo estacional tienen depresión durante una estación determinada del año. La mayoría de las personas con trastorno afectivo estacional se deprimen durante los meses de otoño e invierno. Con menor frecuencia, otras personas con trastorno afectivo estacional se deprimen durante la primavera y el verano. Esta forma del trastorno a veces se denomina trastorno afectivo estacional inverso o de verano. Los síntomas pueden ir de leves a tan graves que interfieren en el funcionamiento diario.

El trastorno afectivo estacional puede afectar a cualquier persona. Sin embargo, las personas de sexo femenino asignado al nacer, los adolescentes y los adultos jóvenes parecen ser más propensos a sufrirlo. Las personas con trastorno afectivo estacional también tienden a tener un familiar con enfermedad mental, como depresión o consumo de alcohol. Para recibir el diagnóstico de trastorno afectivo estacional, la persona debe presentar síntomas de depresión en determinadas estaciones durante al menos 2 años.

Los síntomas del trastorno afectivo estacional se pueden confundir con los de otras enfermedades. Estas enfermedades incluyen hipotiroidismo e infecciones virales, tales como mononucleosis.

Los niveles cambiantes del neurotransmisor serotonina pueden estar implicados en el trastorno afectivo estacional. La hormona del sueño melatonina también puede estar implicada en el trastorno. La melatonina se ha asociado con la depresión. El cuerpo produce más melatonina en la oscuridad. Por lo tanto, los días grises de invierno aumentan los niveles de melatonina. Muchas personas con trastorno afectivo estacional tienen niveles bajos de vitamina D y recurren a suplementos nutricionales. Los suplementos de vitamina D presentan resultados dispares en el tratamiento del trastorno afectivo estacional.

El trastorno afectivo estacional es más común en personas que viven más lejos del ecuador. Los días nublados también hacen que las personas con trastorno afectivo estacional se sientan peor.

Otros síntomas del trastorno afectivo estacional de verano incluyen problemas para dormir, ansiedad, intranquilidad y poco apetito. Quienes padecen trastorno afectivo estacional de invierno presentan síntomas como sensación de tristeza o melancolía durante el otoño y el invierno, antojos de alimentos ricos en azúcar o almidón, irritabilidad, dificultad para concentrarse, ansiedad, aumento de peso y dormir en exceso.

Salir afuera con regularidad permitirá que absorba más luz solar. Esto puede ayudarlo a prevenir el trastorno afectivo estacional y a mejorar los síntomas. También puede mover los muebles y las cortinas durante el otoño y el invierno para dejar entrar la mayor cantidad de luz solar posible a través de la ventana.

La fototerapia consiste en el uso de una luz fluorescente de espectro completo proveniente de una lámpara especial para tratar este trastorno. Esta lámpara se utiliza durante una cantidad determinada de tiempo, generalmente de 20 a 45 minutos por la mañana. Los profesionales de la salud le indicarán la cantidad de tiempo necesaria. También es posible que, junto con la fototerapia, le receten medicamentos o terapia conversacional (a menudo, terapia cognitivo-conductual o TCC). El tratamiento se inicia en el otoño, antes de que comiencen los síntomas. El tratamiento se detiene lentamente en la primavera.