El cartílago de crecimiento es más débil que el hueso que ya se ha formado. También es más débil que los ligamentos y tendones cercanos que conectan los huesos con otros huesos y músculos. En un niño que está creciendo, es más probable que una lesión grave en una articulación dañe un cartílago de crecimiento o hueso que los ligamentos que mantienen la estabilidad de la articulación.

Las fracturas del cartílago de crecimiento son fracturas habituales en la infancia. Se presenta con mayor frecuencia en niños que en niñas.

Las fracturas del cartílago de crecimiento ocurren con más frecuencia en los huesos largos de los dedos (falanges). La siguiente fractura más frecuente es la del hueso externo del antebrazo (radio) en la muñeca. Estas lesiones también ocurren con frecuencia en los huesos inferiores de la pierna. Se trata de la tibia y del peroné.

Por ejemplo, un gimnasta que practica durante horas en las barras asimétricas, un corredor de distancias largas y un lanzador de béisbol que perfecciona su bola curva pueden tener lesiones del cartílago de crecimiento.

Los deportes competitivos como el fútbol, el básquetbol, el sóftbol, el atletismo y la gimnasia causan un tercio de todas las lesiones. Las actividades recreativas como andar en bicicleta, en trineo, esquiar y andar en patineta causan una quinta parte de todas las fracturas del cartílago de crecimiento. Los accidentes de automóviles, motocicletas y vehículos todoterreno representan solo un pequeño porcentaje de las fracturas.

Nunca se debe permitir o esperar que un niño «atraviese el dolor». Algunas lesiones que no se tratan pueden provocar daños permanentes e interferir en el crecimiento físico normal.

Si bien las radiografías se utilizan para diagnosticar fracturas del cartílago de crecimiento, el cartílago propiamente dicho no se ve en la radiografía. Esto se debe a que todavía no se ha convertido en un hueso sólido. En cambio, el cartílago de crecimiento aparece como un hueco entre el cuerpo de un hueso largo (metáfisis) y el extremo del hueso (epífisis). Debido a que las lesiones en el cartílago de crecimiento pueden ser difíciles de ver en una radiografía, se puede hacer una radiografía del lado del cuerpo no lesionado para comparar los 2 lados. En algunos casos, el médico puede usar otros estudios, como una imagen por resonancia magnética, una tomografía computarizada o una ecografía.