Un trastorno alimentario es una enfermedad grave. No se trata de no tener la voluntad de comer bien.

Estos trastornos se caracterizan por conductas extremas con la alimentación. Una persona que tiene un trastorno alimentario puede reducir drásticamente la cantidad de comida que ingiere. O puede comer grandes cantidades de alimentos y luego forzarse a vomitar, hacer ejercicio excesivo o tomar laxantes para eliminar el exceso de comida. O también puede comer demasiado y no purgar la comida.

Las niñas tienen muchas más probabilidades que los varones de tener anorexia. De hecho, la anorexia nerviosa se registra 3 veces más seguido en mujeres que en varones. Los trastornos alimentarios pueden afectar a personas de todas las edades, niveles económicos, etnias, pesos corporales y géneros. Se necesita más investigación, pero es posible que las personas que se identifican como LGBTQ+ corran un mayor riesgo de presentar un trastorno alimentario.

Los adolescentes y los adultos jóvenes tienen más probabilidades de tener un trastorno alimentario que los niños o los adultos mayores.

Las personas con anorexia están obsesionadas con ser delgadas. Suelen desarrollar hábitos de alimentación peculiares. Es posible que elijan comer solo algunos alimentos o bien que coman cantidades pequeñas o pesen la comida cuidadosamente. Pueden consumir píldoras para dietas y laxantes para bajar de peso. Se pesan una y otra vez. Muchas veces se ejercitan más de lo normal para controlar su peso. Si no se la trata, esta enfermedad puede ser mortal. Las personas que la padecen necesitan someterse a un examen físico y emocional, y recibir tratamiento. Sus familias deben brindarles su apoyo y participar del tratamiento. Esto puede ser fundamental para la recuperación.

Las personas que padecen bulimia suelen tener un peso normal. Al igual que quienes tienen anorexia, las personas que padecen bulimia temen aumentar de peso. No están para nada conformes con su cuerpo. Pueden consumir píldoras para dietas y laxantes para bajar de peso. Pero no pierden tanto peso porque comen de más (atracones) y luego se purgan. Un ejemplo de purga puede ser vomitar la comida intencionalmente para eliminarla.

Darse un atracón significa ingerir una gran cantidad de comida en un determinado periodo de tiempo. Muchas de las personas que se dan atracones comen a solas porque se avergüenzan de la cantidad de comida que ingieren. Comen incluso cuando no tienen hambre. A menudo comen hasta atiborrarse, aunque sientan malestar. Quienes comen con atracones no se purgan después de comer en exceso. Tienden a tener sobrepeso.

Las personas con trastornos alimentarios pueden tener un aspecto saludable, pero estar muy enfermas. Como resultado, puede que no reciban tratamiento. Los familiares o amigos cercanos que vean el problema pueden alentarlas a pedir ayuda. Pueden ofrecer su apoyo durante el tratamiento. El tratamiento de la anorexia incluye recuperar el peso perdido y aliviar la angustia psicológica que a menudo provoca la pérdida de peso. La angustia también está relacionada con baja autoestima, una imagen corporal negativa y dificultades para interactuar con los demás. El tratamiento de la bulimia y el trastorno con atracones incluye ingerir comidas regulares y recibir asesoramiento sobre nutrición. Los profesionales de la salud también pueden tratar los trastornos de ansiedad y del estado de ánimo que suelen acompañar la enfermedad. Es posible que también sea necesario recetar algún medicamento.