Por lo general, los niños son suficientemente grandes para usar un asiento común cuando tienen de 8 a 12 años. Pero los niños de 12 años o menos deben viajar en el asiento trasero. Antes de permitir que su hijo use el asiento común y el cinturón de seguridad para adultos, asegúrese de que los cinturones del asiento se ajusten a él. El cinturón de hombro debe cruzarles por el pecho, no por el cuello ni por la garganta, según lo indicado por la Academia Estadounidense de Pediatría. El cinturón inferior debe cruzar por la cadera, no por el estómago. Los niños deben ser lo suficientemente grandes para que la espalda quede apoyada contra el respaldo del asiento y los pies cuelguen hacia abajo, con las rodillas dobladas. Hasta que su hijo alcance ese tamaño, debe permanecer en el asiento elevado.

Llame al profesional de la salud de su hijo si este se cayó o se golpeó la cabeza y perdió brevemente la consciencia, está actuando raro o está vomitando. Obtenga atención médica de urgencia si su hijo está inconsciente; respira de forma anormal; sangra por la boca, la nariz o el oído; tiene las pupilas desiguales; o está mareado o confuso como consecuencia de una caída o un golpe en la cabeza.

Los niños y los adolescentes necesitan calcio para los huesos en crecimiento. El calcio es un mineral necesario para muchas partes del organismo. Su función principal es fortalecer los huesos y los dientes, que contienen el 99% del calcio corporal. La mayor parte del calcio de la dieta viene de la leche y otros productos lácteos.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, el 19.7% de los niños de 2 a 19 años eran obesos entre 2017 y 2020. La obesidad infantil es un grave problema en los Estados Unidos, que pone a niños y adolescentes en riesgo de padecer problemas de salud. Hable con el profesional de la salud que atiende a su hijo si está preocupado.

En EE. UU., la edad promedio para empezar a menstruar es de 12 años. La menstruación solo puede producirse cuando todo el aparato reproductor ha madurado.

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad es una enfermedad cerebral a largo plazo (crónica) que dificulta a niños y adolescentes el control de su comportamiento. Con tratamiento, las perspectivas para los niños y adolescentes con trastorno por déficit de atención e hiperactividad son alentadoras. El plan de tratamiento de cada niño o adolescente se adapta a sus necesidades individuales. Las opciones de tratamiento pueden incluir educación sobre el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, asesoramiento individual y familiar, medicamentos, formación de los padres en control del comportamiento y trabajo conjunto con el equipo de atención médica de su hijo, los profesores, los cuidadores y su hijo.