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Cosas que quizás pasamos por alto en 2020

Publicado el 30 de diciembre de 2020

No puedo permitir que la temporada navideña termine sin darle una última hojeada a mi libro favorito, escrito por el doctor Seuss, donde cuenta la historia del Grinch y cómo «su corazón creció tres veces su tamaño», una vez que se dio cuenta de que la Navidad no provenía de una tienda sino que «quizás… Navidad… puede ser que signifique un poco más».

Y me pregunto cómo eso se aplica a este año que está llegando a su fin. En 2020, ¿hubo algo más que no fuera COVID-19?

No cabe duda de que 2020 se verá reflejado en los libros de historia. Los relatos sobre el COVID-19, interrumpidos por historias de devastadores incendios, de malestar social y las elecciones presidenciales, ocuparon los medios de comunicación y casi todo acerca de nuestras vidas durante prácticamente el año entero. Es evidente que a partir de las vacunas hay esperanzas en el horizonte, pero aún tenemos un camino por recorrer. (Y las mascarillas y el desinfectante de manos estarán con nosotros durante mucho tiempo después de que administren las vacunas).

Pero mientras esperamos a que llegue 2021, reflexiono acerca de cosas que quizás pasamos por alto en 2020 y que merecen una mirada más profunda.

En cada uno de nosotros, se desarrolló la capacidad de recuperación: en nuestras familias, vecindarios, comunidades, organizaciones, a lo largo del año.

Durante el COVID-19, floreció la innovación. Valley Children's Healthcare rápidamente amplió sus servicios de telemedicina para muchos de nuestros pacientes, asegurando la atención médica continua, dado que en ocasiones, conseguir una cita con el médico se tornó más difícil. Los negocios encontraron nuevas maneras de operar, las familias descubrieron nuevas formas de trabajar e ir a la escuela desde el hogar, los fabricantes que solían hacer mostradores de plástico detectaron nuevas líneas de negocios en las máscaras de plástico y aquellos que fabricaban leotardos cambiaron a mascarillas faciales.

La amabilidad prosperó en todos lados. Las Asociaciones de Valley Children's recolectaron 1000 pijamas para nuestros niños. Los negocios se pusieron en contacto con el Hospital y ofrecieron alimentos y comidas para sostener a nuestros equipos en los primeros días del COVID-19, dado que el personal trabajaba día y noche sin cesar. Las iglesias ofrecieron cuidados, los vecinos se ayudaron entre sí y los centros para mayores entregaron comidas a quienes ya no podían reunirse como antes para almorzar.

La salud mental pasó a ser un tema del que se hablaba cada vez más. A menudo descrita como la «segunda» ola de esta pandemia, la salud mental se convirtió en el tema principal de muchas conversaciones, con nuestros pacientes y sus familias, con colegas y con nuestros propios amigos y familias. Cuidar al otro se volvió una prioridad y proporcionamos más apoyo, establecimos más relaciones y encontramos más vías de acceso.

¿Cuál es mi deseo para el Año Nuevo? Que continuemos con estas experiencias positivas de 2020 y que nos reunamos alrededor de esas personas que fueron la excepción a aquellas experiencias: los que perdieron a sus afectos, quedaron sin trabajo, lucharon para proporcionar educación en el hogar mientras vivían en sus coches, no podían acceder a la atención médica básica para sus familias u obtener alimentos básicos y vivienda para sus hijos.

El COVID-19 nos enseñó muchas lecciones, ojalá las hayamos aprendido bien y las sigamos implementando en 2021. Valley Children's está comprometido con el mejoramiento de la salud de los niños donde ellos viven, aprenden y juegan, y hemos visto con más claridad qué implicará eso en los años venideros.

Ah, ¿y mi otro deseo para 2021?

Siga usando su mascarilla.

 

por Lynne Ashbeck, vicepresidenta ejecutiva superior de Participación Comunitaria y Bienestar de la Población en Valley Children's Healthcare