La temperatura va subiendo y el semestre escolar toma la última curva. No hay dudas: ¡llegó el verano! Ahora que su familia se prepara para la diversión estival, tenga a mano estos prácticos consejos para disfrutar la temporada de forma segura.
Dígale «hola» a la hidratación
Si existiesen los Juegos Olímpicos de las bebidas, sin dudas el agua ganaría la medalla dorada. Todo lo que está en el planeta Tierra necesita agua para sobrevivir (¡algo de lo que no pueden alardear los jugos, las bebidas deportivas y las gaseosas!). El agua es beneficiosa para cada aspecto de nuestro cuerpo, incluso nuestro estado de ánimo y nuestra capacidad de concentrarnos. Además, es mucho más económica que sus competidores azucarados.
Cuando este verano esté disfrutando la vida al aire libre con sus hijos, preste atención a los signos de deshidratación:
- Calambres musculares
- Mareo o aturdimiento
- Náuseas
- Latidos cardíacos rápidos
- Irritabilidad
- Alta temperatura corporal
- Menor cantidad de orina u orina oscura
Si nota que su hijo presenta signos de deshidratación, llévelo de inmediato a un lugar fresco, a la sombra, y dele agua para beber. Nunca dude en llamar al pediatra de su hijo si tiene dudas o preguntas sobre la deshidratación. Si cree que su hijo está deshidratado o tiene una emergencia médica relacionada con el calor, vaya a la sala de urgencias más cercana o llame al 911.
Como se suele decir, la mejor medicina es la prevención, y sin duda así sucede con la deshidratación. Aliente a sus hijos a beber agua todo el día, no solo cuando sientan sed. Es importantísimo beber mucho líquido cuando se hace actividad o se está afuera en el calor; los niños deberían beber 10 tragos de agua cada 20 minutos de juego, y los adolescentes, 20 tragos.
¡Dele un toque divertido al agua! Pruebe hacer una infusión de agua con sus frutas o vegetales favoritos: algunos de los míos son limón, pepino y menta. Otro truco que puede servir es permitir que su hijo elija su propia botella reutilizable o un popote divertido.
Seguridad bajo el sol
Además de mantenernos hidratados, la seguridad estival incluye algunos aspectos básicos para estar seguros bajo el sol californiano:
- No exponga a la luz solar directa a los bebés menores de 6 meses. Su piel es muy sensible y puede quemarse fácilmente, lo que puede provocar problemas de salud graves. Si su bebé sufre una quemadura solar, llame a su pediatra inmediatamente; es posible que necesite atención especial.
- ¡No escatime el protector solar! Aplique un protector solar de amplio espectro con minerales naturales, como óxido de zinc o dióxido de titanio, que tenga un factor de protección solar mínimo de 15 unos 20 minutos antes de salir al sol. Recuerde que cuanto más alto sea el factor, mayor será la protección de bloqueo solar. No olvide volver a aplicarlo cada dos horas o cada vez que su hijo salga del agua. Si su hijo tiene menos de 6 meses, consulte a su pediatra sobre el uso seguro del protector solar.
- Vista a su hijo con capas de prendas livianas y transpirables para proteger la piel del sol pero también para mantenerlo fresco y cómodo. Los gorros y las gafas de sol no solo son accesorios divertidos; además, protegen los ojos, la cara y el cuello del daño solar.
- Evite estar afuera entre las 10 a.m. y las 4 p.m. Los rayos ultravioletas nocivos del sol son más fuertes durante este horario, por lo que es un buen momento para hacer actividades bajo techo.
Esta temporada, disfrute de tiempo al sol con su familia, ¡pero asegúrese de seguir estos consejos para pasar un verano saludable!
Acerca del autor:
Mary Jo Quintero, RN, es enfermera de traumatología del Departamento de Urgencias de Valley Children's Hospital y también coordinadora del programa del Programa de Seguridad Cerca del Agua de Valley Children's</a1>.