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Trabajador Social: Marcamos una diferencia en la vida de las personas

Publicado el 17 de marzo de 2022

Cada miembro de un equipo de atención médica desempeña un gran papel en mejorar el estado de salud de las personas, y aquellos que trabajan con niños tienen el objetivo en común de ayudar a los niños a volver a ser niños. En Valley Children's, nuestros trabajadores sociales ayudan a los pacientes y a sus familias para asegurarse de que adquieran las habilidades y reciban los servicios necesarios para continuar sanándose y creciendo.

En reconocimiento del mes de marzo como Mes Nacional de los Trabajadores Sociales, entrevistamos a Alistair Robertson, trabajador social de Oncología Pediátrica de Valley Children's, para obtener más información sobre los trabajadores sociales y cómo marcan la diferencia en las vidas de las personas.
 

Ante todo, la pregunta que todos tienen: ¿qué hace un trabajador social?

Los trabajadores sociales de Valley Children's brindan extensos servicios y apoyo a los niños y a sus familias, desde diversas evaluaciones del estado psicosocial y mental, acerca del tratamiento y de la hospitalización y de la capacidad de la familia para adaptarse y sobrellevar la enfermedad, hasta la intervención en casos de crisis, la creación de un plan de alta y ayudarles a superar los conflictos que puedan surgir en el proceso. Un trabajador social buscará los servicios, las herramientas y la educación que haya a la disposición en la comunidad para orientar a las familias en su búsqueda de atención médica a través de las entidades pertinentes. El alcance del apoyo que brindan los trabajadores sociales atraviesa todas las barreras y entre los servicios que prestan se encuentran: ayuda con el transporte, las comidas y el alojamiento, apoyo para obtener los planes educativos IEP y 504, ayuda escolar, educativa y laboral, consultas sobre cuestiones de custodia, asesoramiento y otros.

Cuando el proceso de buscar atención médica parece muy difícil, nuestros trabajadores sociales están a su lado para ayudarlo.


¿Por qué decidió convertirse en trabajador social?

Mi madre era enfermera jefe de la sala de operaciones de un hospital de Los Angeles y quería que sus hijos siguieran una carrera en el campo médico. Me hizo ir a observar varias cirugías para ayudarme a inspirarme a seguir una carrera en el campo médico. Allí fue donde aprendí a tener gran respeto y aprecio por los médicos, los enfermeros y el personal médico. Y luego, en el último año de la escuela secundaria, a mi mejor amigo le diagnosticaron una enfermedad mental. Esto tuvo un profundo impacto en mí que me llevó a seguir una carrera en salud mental para ayudar a otras personas con enfermedades mentales. 

Obtuve mi licenciatura en Trabajo Social en la universidad Tabor College en Kansas y trabajé en salud mental durante varios años. Me casé y obtuve una maestría en trabajo social en la Universidad de Kansas, y poco después de graduarme, mi esposa y yo servimos como misioneros durante un año y medio en un orfanato para niños en Reynosa, México, donde éramos supervisores a tiempo completo de 16 niños de entre 5 y 16 años. Fue una experiencia muy exigente, pero una de las más gratificantes de mi vida. Me ayudó a desarrollar mi pasión por trabajar con los niños, las personas de escasos recursos y con los enfermos, a apreciar la diversidad cultural y a ayudar a reconfortar a algunos de los niños que sufrieron traumas emocionales. Esperábamos nuestro primer hijo y decidimos volver a casa en Kansas para criar a nuestra familia, y trabajé en trabajo social pediátrico con niños con todos los diagnósticos y enfermedades, pero disfruté sobre todo trabajar con los niños diagnosticados con cáncer y con sus familias. 


¿Cuánto tiempo lleva en el trabajo social?

Un total de 35 años: cinco años en salud mental, 10 años en un hospital pediátrico en Kansas y 20 como trabajador social en Oncología aquí en Valley Children's Hospital. Amo mi trabajo en los servicios de oncología y en el Programa de Supervivencia al Cáncer Infantil
 

«Me inspira la alegría y las risas sinceras de estos niños al recibir sus tratamientos contra el cáncer. Me enseñan mucho sobre mantener la esperanza».

- Alistair Robertson, MSW


¿Qué es lo mejor de ser trabajador social?

Me encanta la oportunidad de utilizar mis talentos, habilidades y conocimientos innatos para marcar una diferencia, ayudar a inspirar a los demás para que aprendan y solucionen problemas, se ayuden a sí mismos, aprendan mecanismos de afrontamiento saludables y vean la fuerza, el valor y la entereza que aportan. También disfruto de la oportunidad de trabajar junto a un increíble equipo de médicos, enfermeros, especialistas en vida hospitalaria infantil, capellanes, especialistas en nutrición, personal de apoyo, de seguridad y de la Fundación, en realidad, con todos en Valley Children's. Me enorgullece ser trabajador social y me apasiona el trabajo que hago. 
 

¿Qué es algo que usted quisiera que todos supieran acerca del trabajo social?

Es una profesión muy desafiante, pero muy gratificante, que proporciona una enorme satisfacción por hacer un trabajo clínicamente desafiante en un entorno tan exigente, mientras disfruto de la camaradería de mis compañeros que me ven como un experto, quienes recurren a mi para lidiar con personas y situaciones difíciles, para brindar apoyo, recursos y atención compasiva a las familias. Estoy verdaderamente bendecido de ser parte de la profesión del trabajo social y parte de Valley Children's Hospital, que me ayuda a crecer profesional y personalmente todos los días. Encuentro un gran propósito, significado, plenitud, trascendencia, alegría y esperanza en ser trabajador social.


¿Hay algo más que le gustaría que otros supieran?

Como trabajador social, constantemente soy testigo de algunos de los momentos más íntimos e impactantes de la vida de un paciente y de su familia: siempre me conmueve su valentía, su gracia, su sabiduría, su alegría y su entereza. Considero que es un honor y un gran privilegio ser trabajador social. Como dijo una vez la Dra. Rachel Remen: «Todos tenemos la capacidad de dejar una huella en las vidas de los demás. Esto lo hacemos con más frecuencia de lo que nos damos cuenta. Las huellas que dejamos fortalecen nuestra vida y nos ofrecen un refugio frente a un mundo indiferente".