Ganar la batalla contra el cáncer

La alegre personalidad de Michael Alex Hunter no muestra ni una pizca de las batallas que ha peleado y ganado.

Con la ayuda del equipo médico de Valley Children's Hospital, este adolescente de Delano venció dos tipos de cáncer diferentes. Si bien las enfermedades y los tratamientos lo afectaron, Alex (como le gusta que lo llamen) es un joven muy generoso apasionado por ayudar a los demás.

En junio, Alex se graduó de la escuela secundaria Cesar E. Chavez, donde lo reconocieron por su bondad. El joven de 18 años dedicó su último año de clases a los estudios tradicionales y también cantó en el coro, donde realizó solos en los conciertos de Navidad y de primavera, y asistió al baile de graduación.

Ahora está inscripto en la Universidad Estatal de California en Bakersfield, donde planea mudarse al campus en el otoño y especializarse en psicología.

Este futuro no habría parecido posible sin los años de diligente atención y tratamiento del único proveedor de servicios integrales para pacientes pediátricos hospitalizados y ambulatorios con cáncer y trastornos sanguíneos en el centro de California.

Valley Children's puede brindar acceso a una atención de última generación en parte gracias a su relación con el grupo oncológico Children's Oncology Group, la principal organización del mundo dedicada a la investigación clínica del cáncer en niños y adolescentes. A nivel nacional, Valley Children's se posiciona en el 4 por ciento más alto en la inscripción de pacientes en estudios terapéuticos del Children's Oncology Group.

Lizbeth Hunter, la madre de Alex, dijo que el equipo de Valley Children's les ha brindado cuidado y apoyo constantes en muchos momentos difíciles.

«Fue una experiencia maravillosa porque, aunque Alex estaba ahí porque tenía cáncer, nos sentíamos como en casa», dijo Lizbeth. «Los médicos escucharon y abordaron todas mis inquietudes. Nada de lo que les planteaba les parecía insignificante. Fueron muy buenos».

El diagnóstico

La familia Hunter comenzó a establecer una relación con Valley Children's a fines de 2002, justo después de que a Alex, que en ese momento tenía 4 años, le diagnosticaran rabdomiosarcoma, un tumor maligno en la cara. En esa época, el pequeño Alex sufría de dolor de oídos continuo.

«El médico que lo atendía solo me daba unos medicamentos y me decía 'ya pasará', y el dolor pasaba», dijo Alex. «Pero los dolores de oído volvían rápidamente».

El tumor le provocaba dolor, ya que presionaba contra el canal auditivo. Finalmente, la familia fue a un especialista que detectó una masa del tamaño de una pelota de golf en la mejilla izquierda de Alex.

Los Hunter primero viajaron hasta el sur de California para que Alex recibiera tratamiento, pero no les gustó el trato del médico. Lizbeth dijo que, cuando le preguntó cuál era la tasa de supervivencia, el médico dijo: «Es cuestión de suerte».

«Cuando tienes un hijo de 4 años y no sabes nada sobre el cáncer, eso no es lo que quieres oír», dijo Lizbeth.

La mejor opción

Al buscar otras alternativas, la familia descubrió que Valley Children's ofrecía la quimioterapia y radioterapia que necesitaba Alex para combatir el cáncer. Valley Children's también les quedaba más cerca, a 90 minutos en auto desde su casa, y no debían pasar por Grapevine.

Los Hunter no tardaron en sentirse como en su casa. Lizbeth dijo que los hematólogos y oncólogos pediátricos, como la Dra. Vonda Crouse, eran enviados del cielo para ellos, y que los enfermeros, asistentes sociales y otros trabajadores también fueron fundamentales para ayudar a la familia.

Al principio, los intensos tratamientos requerían que Alex permaneciera en el Hospital durante varios meses, y muchos familiares los ayudaron en ese momento y durante todo el tratamiento. Lizbeth, que estaba embarazada cuando lo diagnosticaron a Alex, a veces debía limitar el contacto con su hijo debido a los tratamientos con radiación. Diego, el segundo hijo de ella y de su esposo Michael, ahora tiene 13 años.

Después de unos meses, Alex volvió a casa, pero regresaba con frecuencia para recibir tratamientos adicionales relacionados con el cáncer. Después de terminar la quimioterapia, en julio de 2003, siguió con controles de rutina en el Centro de Cáncer y Trastornos Sanguíneos de Valley Children's.

La transición a la adultez

Valley Children's supervisa a los niños después del tratamiento. Nuestro Programa de Supervivencia del Cáncer Infantil trabaja con pacientes sin cáncer que tuvieron su último tratamiento como mínimo hace tres años. Este programa es uno de los pocos que hay en California y es especialmente importante porque casi el 80 por ciento de los niños sobreviven al cáncer al menos durante cinco años. Más de dos tercios de los sobrevivientes tendrán efectos secundarios a largo plazo.

En Valley Children's, el programa de supervivencia brinda educación, pruebas de detección, antecedentes de tratamiento detallados y más servicios a los pacientes durante su transición hacia la adultez.

En el caso de Alex, los médicos sabían que tenía riesgo de efectos secundarios, particularmente por la radiación. Durante un control oncológico, los médicos notaron que Alex era muy pequeño y lo remitieron al área de endocrinología, una de las numerosas subespecialidades pediátricas disponibles en Valley Children's.

Alex no estaba creciendo correctamente debido al mal funcionamiento de la tiroides, que es la glándula que regula las funciones de metabolismo y crecimiento. Comenzó a tomar medicamentos y hormonas para estimular el crecimiento.

Un segundo cáncer

En 2011, los médicos le diagnosticaron a Alex una forma rara de cáncer conocida como carcinoma de células de Hürthle. Los tratamientos con radiación en el cuello y la cabeza son factores de riesgo para el desarrollo de ese cáncer en la tiroides.

Finalmente, los médicos debieron extirpar toda la glándula tiroides de Alex. El Dr. Nedim Cakan, director médico de Valley Children's, diabetes y endocrinología pediátrica, lo ha atendido desde 2012. El Dr. Cakan dijo que Alex ya no tiene cáncer y sigue fielmente todas las instrucciones médicas.

«El pronóstico es bueno», dijo el Dr. Cakan. «En todos los cánceres de tiroides, la tasa de supervivencia es muy alta».

Alex continúa sometiéndose a pruebas de detección para descartar la reaparición de cáncer. Él y el Dr. Cakan tienen una relación sincera y afectuosa. «Siempre me divierto cuando lo veo», dijo el Dr. Cakan.

Tal vez Alex tenga más batallas por delante. El año pasado, decidió extraerse los dientes debido al daño irreparable provocado por la radioterapia. Una campaña de GoFundMe recaudó el dinero que necesitaba para la dentadura postiza y para pagar los gastos médicos en el futuro.

Acorde a su deseo de ayudar a otros, Alex dijo que se ofreció como voluntario para ser mentor de niños en el Hospital. Cuando era pequeño, Alex siempre pensó que Valley Children's era su castillo.

«Los médicos son amables y es un buen hospital, probablemente porque comprenden mi tipo de cáncer», dijo Alex.